Guillermo Alfonso Jaramillo es el primer alcalde (electo) de Ibagué que asiste al estadio Manuel Murillo Toro y no ocupa el palco en el que habitualmente utilizan las autoridades locales y el dueño del Club Deportes Tolima, Gabriel Camargo Salamanca.
Jaramillo asistió al dramático partido que le dio la clasificación al Vinotinto y Oro a la semifinal de la Liga Águila II 2015, ante el duro Once Caldas, pero se fue para la tribuna sur. Sí. La de los mechudos que cantan, saltan y alientan al Deportes Tolima cada vez que salta a las canchas del país.
El nuevo alcalde de la ciudad se unió a la barra Revolución Vinotinto Sur, como un acto de gratitud por el respaldo que le brindaron cuando apenas despegaba su campaña, a mediados del mes de junio.
Guillermo Alfonso llegó con su camiseta del Deportes Tolima, un poco desactualizada, pero con el ánimo y la energía que lo caracterizan. Se ubicó en la parte alta y rápidamente se dejó contagiar por los canticos.
En varios momentos del partido se animó tanto que hasta saltó y batió la bandera, al ritmo de los jóvenes que integran la famosa barra. "Vamos, vamos muchachos, que esta noche tenemos que ganar", cantó el alcalde electo mientras levantaba su mano derecha.
Una botella con agua fue su compañía. La tuvo casi siempre en sus manos. En la segunda parte del encuentro, cuando partido iba 1-1 y el clasificado era el Once Caldas, Jaramillo se tensionó tanto como los más de 20 mil aficionados que estaban en el remodelado Manuel Murillo Toro.
El cronómetro llegaba al minuto 90, su rostro reflejaba la impotencia ante la inminente eliminación, hasta que llegó el milagro. En el tiempo de adición, el Deportes Tolima dio vuelta al marcador y derrotó al equipo de Manizales 3 – 1, y Jaramillo volvió a sonreír con los barristas de Revolución Vinotinto Sur, como lo hicieron la noche del 25 de octubre cuando resultó elegido Alcalde de Ibagué.