Para el año 2012, la Fábrica de Licores del Tolima (FLT) afrontaba una grave crisis económica. El principal distribuidor de la época era el Consorcio Tolima, una firma que por poco acaba con la empresa licorera de los tolimenses.
Las ventas de la FLT en ese año apenas llegaban a las 700 mil botellas, una cifra insuficiente si se tiene en cuenta que otras empresas licoreras del país alcanzan cifras tres o cuatro veces mayores en un año.
Las bajas ventas se debían principalmente a la incapacidad del mencionado Consorcio Tolima por impulsar los productos de la FLT. Las estrategias de mercado eran casi inexistentes y la empresa licorera estaba al borde de la quiebra.
Sin embargo, la situación se agravó aún más en el año 2013. Las ventas bajaron a tan solo 600 mil botellas y la FLT estuvo cerrada durante el primer semestre del año.
Lo anterior se debió al incumplimiento del contrato por parte del Consorcio Tolima y por sus sospechosas maneras de tapar la baja rentabilidad de la FLT. Así, para mostrar mayores ventas en el año 2012, el distribuidor compró por anticipado el licor e incumplió con las metas de venta.
Es por eso que durante los primeros seis meses del 2013, la FLT estuvo cerrada. El pleito jurídico con el distribuidor no permitió ni que la fábrica ni el distribuidor vendieran productos hasta que no hubiese un fallo.
La gestora del cambio
La mejoría financiera de la FLT empezó con la designación de Blanca Amanda Manrique como gerente de la empresa en el año 2013.
Blanca Amanda Manrique llegó a la FLT como una persona calificada para salvar y sanear financieramente la empresa. Durante el periodo entre 2001-2004, Manrique fue designada por el entonces gobernador Guillermo Alfonso Jaramillo para dirigir la Lotería del Tolima.
Los resultados obtenidos por Manrique en la Lotería fueron tan buenos, que al final de su gestión la empresa ya estaba vendiendo billetes en veinticinco departamentos del país. Además, logró en el 2001 la certificación de calidad ISO 9001 de ICONTEC debido a la eficiencia de la Lotería.
De otro lado, fue necesario que Blanca Amanda Manrique asumiera el cargo de gerente de la FLT para que el principal distribuidor empezara a responder por su ineficiencia.
Lo cierto es que Manrique se encontró a su llegada a la FLT deudas por $2.800 millones. En ese entonces, la empresa se encontraba bajo la Ley 550, también llamada Acuerdo de Reestructuración de Pasivos en las Entidades Territoriales.
Estrategias para recuperar la empresa
A partir del 2013, Blanca Amanda Manrique se dedicó a recuperar la empresa licorera de los tolimenses. Para ello, desarrolló todo un plan de mercadeo que hicieran cambiar la imagen que tenían los consumidores de los productos de la FLT.
Desde entonces, la FLT decidió emprender fuertes campañas publicitarias en eventos públicos como el Festival Folclórico Colombiano y otros de carácter privado como conciertos y encuentros en establecimientos nocturnos.
Además de eso, la FLT decidió terminar con una fiducia de $8 millones ($90 millones anuales) con el fin de reducir los pasivos y aumentar los ingresos de la empresa.
Según le dijo la funcionaria a este portal a principios del 2015, la FLT se propuso abarcar otros mercados como el bogotano, en vista de que allí viven aproximadamente unos 450 mil tolimenses, consumidores potenciales del Aguardiente Tapa Roja. (Ver: Tapa Roja vuelve a venderse en Bogotá)
De esa manera, desde marzo del 2015 la FLT hizo presencia con sus productos en grandes tiendas a nivel nacional como Éxito, Makro y Metro.
Una empresa rentable
Para el año 2014, la FLT logró registrar ventas de 862 mil unidades, es decir, una mejoría del 47 %. La empresa pasó de tener el 23 % del mercado en el 2013 a 40 % en el 2014.
Así pues, gracias a la notable mejoría financiera de la FLT, esta entidad logró transferir una suma de $7.744 millones de pesos a la secretaría de Salud del Tolima.
Asimismo, la FLT recibió en el 2015 una indemnización de $5.656 millones de pesos producto del fallo a favor del Tribunal de Arbitramento en contra del Consorcio Tolima. Dicha sentencia hacía referencia al incumplimiento del contrato FLT 054 del 20 de diciembre de 2008 por parte del distribuidor. (Ver: El fallo que salvó de la quiebra a la Fábrica de Licores del Tolima)
Modernización de la planta
En el año 2015, la FLT invirtió aproximadamente $2.100 millones de pesos en la modernización de la planta de producción.
Esto constituye un claro ejemplo de que cualquier empresa pública debe ser bien administrada si quiere ser rentable. Hasta hace tres años era impensable que la FLT se convirtiera en una planta moderna y capaz de competir con otros mercados como el antioqueño y el cundinamarqués.
La maquinaria adquirida por la FLT es de origen italiano y constituye una infraestructura óptima para afrontar los retos actuales en la industria licorera. Con esta nueva planta la FLT ha logrado reducir los costos de producción considerablemente.
De esta manera, la moderna FLT es capaz de producir tres veces más que el año pasado. Desde junio del 2015, la empresa pasó de producir entre 1.200 y 2.000 botellas por hora a 6.000 en el mismo lapso.
Además de ello, la planta permite maquilar, empacar y estampillar otros productos, lo cual representa una posibilidad de ampliar el mercado al que llega la empresa licorera.
Así pues, para lo que va del 2015, la FLT ha vendido aproximadamente 1.100.000 unidades. La mejoría, entonces, es notable, por lo cual se espera que la empresa siga creciendo y aportando recursos para la salud de los tolimenses.
Seguir el buen camino
Como va, la FLT es una empresa que genera utilidades y tiene la posibilidad de mejorar aún más su presencia en el mercado. La labor hecha por Blanca Amanda Manrique ha sido destacada, pues al término de este año deja cifras positivas en una empresa que solo tres años atrás estuvo al borde de la quiebra.
La FLT es de todos los tolimenses y, por lo tanto, es necesario apoyar y defender la empresa de los malos manejos.
Justamente, fue debido a la pésima gestión de las administraciones pasadas que la empresa por poco desaparece.
Hoy en día, la Fábrica ya no tiene contratos exclusivos con ningún distribuidor. El modelo gerencial implementado por Blanca Manrique ha diversificado tanto el mercado como los modos y costos de producción.
Hace apenas unos días fue designado por el gobernador electo Óscar Barreto Quiroga el nuevo gerente de la FLT, el dirigente conservador Jesús Alberto Carvajal.
Carvajal ha sido distribuidor de Bavaria, concejal de Ibagué, director de la Casa del Tolima en Bogotá, precisamente en la pasada administración de Óscar Barreto, y en la actualidad se desempeña como director de noticias de La FM de RCN en Ibagué. (Ver: Jesús Alberto Carvajal, nuevo gerente de la Fábrica de Licores del Tolima)
De esta manera, uno de los principales que tiene el nuevo gerente es mantener la buena gestión realizada hasta la fecha.
La FLT es una empresa pública capaz de sostenerse económicamente y es deber del nuevo dirigente hacer que las utilidades aumenten aún más.