Estar del lado de la gente es su pasión periodística. Le ‘pone el ojo’ a la inconformidad ciudadana. Juan Diego Alvira, uno de los presentadores más reconocidos de la televisión nacional, es, ante todo, un reportero cercano a las necesidades de su audiencia.
Nació en Ibagué hace 41 años. Su gusto por el periodismo floreció al lado de su abuela, Tulia Olivera, a quien describe como la mejor mecanógrafa de Ortega (Tolima). Era, además, la redactora oficial de los discursos del alcalde del municipio.
A los 16 años se mudó a Bogotá para formarse como periodista. Inició estudios en la Universidad de la Sabana pero los terminó en la Jorge Tadeo Lozano. Los primeros pinitos profesionales los vivió en el diario El Espectador, como reportero de temas de tecnología, tópico que arrancaba con fuerza en las páginas del diario.
Años después, ya en su labor de reportero y presentador, decidió convertirse en abogado, con el propósito de comprender mejor los aspectos jurídicos de algunos de los temas que abordaba. Al fin de cuentas, el desconocimiento de las leyes que protegen derechos básicos termina en un rosario de denuncias muchas veces difíciles de atajar.
Siete años atrás llegó con su estilo fresco y ameno a un formato noticioso para entonces más acartonado. Aterrizó en Caracol TV después de una carrera ascendente en el canal bogotano Citytv, que le trajo a su vida profesional, en 2010, un premio India Catalina como mejor presentador de noticias.
“La presentación me encanta pero también disfruto el contacto con las fuentes, estar en las calles, escuchar el malestar de la ciudadanía”, dice Juan Diego. Poco a poco, le abrió espacio en la emisión de las mañanas de Noticias Caracol a un esquema noticioso que permite una interacción más natural entre los presentadores y con el público. Allí encontró y puso en práctica al Juan Diego de City. “Combinar mi estilo, las enseñanzas de esta empresa periodística y sus grandes herramientas potencializó mis capacidades”, agrega.
El ojo ciudadano
En las mañanas es el dueño del set. Motivó la creación de secciones como ‘El periodista soy yo’ y ‘El ojo de Juan Diego’. También, madruga a ‘echarle lápiz’ a temas polémicos y trascendentales que tienen impacto en la vida de la gente.
“Con ‘El periodista soy yo’ les dimos voz a colombianos de zonas muy remotas del país… Les entregamos un tutorial para grabar con celular sus informes de denuncia. De cada 10 que nos llegan, unas 5 reciben atención por parte de las autoridades”, comenta.
En una ocasión, recuerda como el video de un ciudadano que mostraba las deplorables condiciones en que un grupo de niños recibía clase dentro de una finca puso contra las cuerdas a la Ministra de Educación. Con prontitud, la funcionaria ordenó la construcción de un colegio en la zona, con aulas sistematizadas y espacios amplios y agradables.
Y esto, dice, resulta muy gratificante, pues allí se ve el impacto social del periodismo.
Sin embargo, es consciente del abuso que hacen los noticieros de televisión de aquellas noticias que les aseguran audiencia y que tienen como común denominador la tragedia. “Hay que desmarcarnos de las fuentes de siempre. Hay que romper paradigmas, jugárnosla por formatos distintos… volcarnos a la gente”, puntualiza.
Llegó la anhelada paternidad
Hace tres meses se estrenó como padre. Su pequeña bebé, María del Mar, llegó a un hogar que la esperaba con ansias. Tras varios intentos fallidos de quedar ‘embarazados’, un tratamiento médico cumplió el sueño de ser padres a Juan Diego y Ana María Escobar, su esposa.
“Estrené una parte de mi corazón al convertirme en papá. Ha sido una lucha muy larga. En un momento, incluso, desistimos de seguir intentándolo, pero Dios y el destino conspiraron a nuestro favor”, cuenta Juan Diego. Se pusieron en las manos de un médico que logró lo que parecía improbable.
En casa, la familia convive con cuatro perros, que han logrado compaginar muy bien con la recién nacida.
“En mi experiencia profesional he cubierto muchas noticias trágicas que involucran a niños. No era papá en ese momento, pero ahora que lo soy, tengo una hipersensibilidad superior cada vez que suceden hechos como estos”, afirma el periodista.
Juan Diego ama su trabajo. Y ese amor se refleja en la pantalla. En ocasiones extiende su jornada laboral para buscar historias en la calle. Fuera del set, quiere seguir poniéndoles el ojo a los temas que afectan la calidad de vida de los ciudadanos.
Allí, lo esperan cientos de historias que quieren ser contadas.