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Durante el 2018, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) tiene como meta la renovación de 90.000 hectáreas. En 2017 fueron 72.849 hectáreas (es decir, 8,1% del área total) y al cierre del año se alcanzó una productividad de 18.84 sacos por hectárea.
El objetivo trazado hace parte de una serie de desafíos que deben sumir el sector y el gremio cafetero colombiano, tal como lo afirmó Roberto Vélez Naranjo, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
“Todo el trabajo de la Federación y del gremio están enfocados en hacer de la caficultura una actividad competitiva y rentable que reduce su impacto ambiental y mejora las condiciones del productor en un entorno de mercado”.
En este mismo frente, y con el ánimo de lograr una caficultura más productiva y sostenible, la FNC continúa en el desarrollo de variedades resistentes a la roya y mejor adaptadas climáticamente, trabajo que sigue representando un gran bastión para Colombia con respecto a otros países productores.
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En este sentido, gracias a los esfuerzos de la institucionalidad cafetera y de los propios productores, la mayor productividad de los cafetales colombianos ha ayudado a mitigar los efectos adversos climáticos, debido a los cuales se prevé una reducción de 3% en la cosecha del primer semestre con respecto al mismo periodo del año pasado.
Asimismo, pese a las dificultades del clima, pero gracias a la alta productividad de los cafetales en Colombia, el 2017 cerró su producción con 14,2 millones de sacos, la misma cifra del año 2016.
Al cierre del 2017, la productividad por hectárea estaba en 18,8 sacos por hectárea, un aumento frente a los 18,3 de 2016.
