Los chismes en Ibagué son tan peligrosos que exitosos empresarios han tenido que abandonar la ciudad y otros, con mucho esfuerzo, superaron los dañinos rumores y siguen generando empleo en una de las capitales con mayor desocupación en Colombia.
Dos ejemplos de ese ‘canibalismo’ ibaguereño fueron los famosos Tamales Ortegunos y la panadería Matheus. A la primera le inventaron que eran preparados con carne de perro y a la segunda que utilizaban una supuesta grasa de cadáver para la preparación de los panes.
Pese a ser unos cuentos tan ilógicos y traídos de los cabellos, rápidamente se expandieron por la ciudad y los prósperos empresarios de los Tamales Ortegunos debieron radicarse en Bogotá donde hoy les va mejor que en Ibagué. Mientras tanto, el propietario de la panadería Matheus, Salomón Ricaurte, aguantó el ‘chaparrón’ y su empresa sigue creciendo.
Hoy, después de una década, se está tejiendo otra elaborada campaña de desprestigio contra el joven empresario Andrés Sierra, quien por sus posturas críticas en la junta directiva de la Cámara de Comercio de Ibagué se ha convertido tal vez en una amenaza para algunos empresarios que logran importantes negocios a través de su participación en el ente gremial.
Así funciona el libreto
Desde hace dos meses el nombre de Andrés Sierra comenzó a aparecer reiteradamente en los noticieros radiales y el diario local protagonizando supuestos escándalos, que uno a uno, iba golpeando su imagen ante la opinión pública.
Las informaciones revelaban líos de Sierra con la Dian por la compra de unas botellas de licor para su restaurante Altavista, al parecer de contrabando. Que su novia, cuando trabajó en la Cámara de Comercio de Ibagué, disfrutó de viáticos y viajes al exterior por cuenta de la entidad.
Y que su presunta alianza con Nelson Norbey Quintero, actual presidente de la junta directiva y director de Comfatolima, habría permitido ocultar conductas indebidas del exdirector ejecutivo Guillermo Espinosa. Cada acusación se cae de su peso con pruebas documentales y artículos de prensa que prueban la verdad histórica, como pudo constatar ELOLFATO.COM.
Caso Dian: Es cierto que la Dian realizó una visita al restaurante Altavista, propiedad de Andrés Sierra y Santiago Romero. En el procedimiento los funcionarios solicitaron el registro de importación de algunos licores pero esos documentos los tenían las firmas importadoras. De inmediato, las compañías Diageo Colombia y Perdond Ricard Colombia proporcionaron los registros de importación y el caso se aclaró y se cerró el pasado 7 de octubre.
Caso viáticos: Tatiana Menjura ingresó a trabajar a la Cámara de Comercio de Ibagué en enero del año 2009, antes que Andrés Sierra llegara a la junta de la entidad. Allí estuvo hasta el 31 de diciembre de 2011. Sobre los viáticos y viajes, Menjura dijo que sólo viajó una vez a Cartagena a unos juegos gremiales, que lo hizo en bus con los demás compañeros, y que radicará un derecho de petición para que le certifiquen por escrito cuánto dinero recibió por viáticos y viajes durante los años que trabajó allí.
Alianza con Nelson Norbey Quintero: La supuesta alianza de Andrés Sierra y Nelson Norbey Quintero nunca ha existido, por lo menos en muchas votaciones se han enfrentado y ambos libran otra lucha fuera de la Cámara de Comercio de Ibagué porque Sierra es consejero de Comfenalco y Quintero dirige a Comfatolima. Pero el episodio más reciente, que dejaría sin piso la presunta ‘camaradería’ entre estos dos dirigentes, es que en el ‘golpe de estado’ que le dieron a Ricardo Gartner para sacarlo de la presidencia ejecutiva de la Cámara de Comercio Andrés Sierra en contra de Nelson Norbey Quintero, como lo revelamos el 29 de julio pasado. (Ver Golpe de Estado en la Cámara de Comercio)
¿Quién es el libretista?
Alguien en Ibagué se tomó el trabajo de agrupar cada hecho, reunió los artículos de los poco sustentados escándalos y estructuró una queja “anónima” que presentó ante la Superintendencia de Industria y Comercio para que el chisme local, al repetirlo y escribirlo, tome forma de verdad.
Y así, el rumor busca calar en Bogotá y enlodar el nombre de Andrés Sierra y otros respetados empresarios como Carlos Alvarado, hijo del fundador y propietario de Mercacentro, quienes aspiran a mantener su representación en la Cámara de Comercio de Ibagué.
Estos dos comerciantes, a través de sus empresas familiares, generan casi 1.300 empleos directos en la ciudad.
Curiosamente, el quejoso anónimo ante la Superintendencia de Industria y Comercio expresa su preocupación por los ataques que ha recibido el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ibagué, Silverio Gómez, quien ha sido acusado por Andrés Sierra de prepotente y grosero.
Gómez es un personaje difícil, con fama de maltratador desde que trabajaba en el diario económico Portafolio. Incluso, aquí en Ibagué hace reclamos airados en plena carrera Tercera a los periodistas que le resultan incómodos.