Asombrosa la aspiración de la multinacional minera Anglo Gold Ashanti de quedar representada en el consejo directivo de Cortolima, donde a todas luces se presenta un conflicto de intereses entre la autoridad ambiental y la empresa que atenta contra un recurso vital como el agua.
La información que nos suministra EL OLFATO.COM (Ver Anglogold Ashanti quiere tener sus ‘cuotas’ en el consejo directivo de Cortolima), además de dejarnos perplejos, destapa el contubernio que habíamos denunciado entre el entonces candidato y hoy gobernador electo del Tolima, Óscar Barreto y la multinacional minera Anglo Gold Ashanti (AGA), para elegir un director general de la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) de bolsillo que facilitará la expedición de explotación de La Colosa.
Al fracasar en este intento, ahora se anuncia que se presentarán como aspirantes a un escaño de consejero de la Corporación en representación de los dos que tiene el sector privado, a través del directivo Felipe Márquez, quien se inscribió para la escogencia que se hará el 27 de los cursantes, de acuerdo al decreto 1850 de 2015. Esta postulación abre serios interrogantes sobre quebrantos a la ley, normas legales y éticas que deben cumplir las empresas transnacionales asentadas en nuestro país.
En este sentido, salta a primera vista, que la entidad que aspira a quedar representada en el consejo directivo de la CAR, tiene un abierto conflicto de intereses puesto que, aspira a obtener la licencia de explotación de un proyecto megaminero a cielo abierto al que se opone la mayoría absoluta del pueblo tolimense e ibaguereño, por atentar contra recursos hídricos de nuestros departamento en zonas de de páramo y de reserva forestal en Cajamarca, donde desaparecerían 161 nacederos y fuentes de agua. Pero además de eso, AGA tiene por lo menos tres procesos por atentar contra el ambiente en Cortolima, inclusive alguno de ellos con sanciones económicas.
Nos asalta el temor, que estos hechos dejan palmariamente demostrado que Anglo Gold Ashanti, se quiere convertir en juez y parte, para intervenir sin ningún pudor ni recato en causas propias que benefician los intereses de la empresa extranjera. Además de meter un caballo de Troya, para atacar, desde adentro de la autoridad ambiental, todo aquello que signifique políticas de defensa de los recursos naturales que estén en contra de la locomotora minera. Pero la tarea más importante que cumplirá el emisario de AGA, es gestionar la consecución de la licencia de explotación del oro en La Colosa, que se debe hacer entre los años 2016-2017, según el cronograma de esa empresa.
No en vano, AGA, ha invertido sus largos millones de pesos, en la financiación de campañas electorales, para tener amigos en puestos claves de la administración y el gobierno, que faciliten su misión en el departamento para acabar una reserva natural en pos del oro y la riqueza, así tenga que violar los convenios internacionales que firman al ingresar al país, donde se les prohíbe la participación en política y la financiación de campañas electorales, tal y como lo denunció el ex senador Juan Mario Laserna.
Por eso, también, queda planteada una lucha en los próximos cuatro años, entre quienes aman la vida y la naturaleza y quienes piensan que el dinero y la compra de concias para obtener sus fines poco claros y transparentes es lo fundamental. Un gobernador proclive al proyecto megaminero de La Colosa y a Anglo Gold Ashanti, como lo es Óscar Barreto, y el alcalde de la capital del Tolima, adverso a este proyecto, defensor a ultranza de de los recursos naturales y el ecosistema como lo es Guillermo Alfonso Jaramillo, como que tienen en el primer eje de su programa de gobierno el agua como factor fundamental de todo el desarrollo integral de de Ibagué, y una consulta popular anunciada contra todas las licencias de tiene la empresa minera en el Cañón del Combeima y La Colosa, en lo que atañe a la afectación que sufrirá Ibagué si este proyecto se llega a realizar.
En medio de este enfrentamiento, estará Cortolima como autoridad ambiental y que en las dos últimas administraciones de Carmen Sofía Bonilla y Jorge Enrique Cardoso, han tenido una actitud digna, hay que reconocerlo, frente a la aplanadora de AGA y en defensa del agua contra el codiciado oro. Esta posición de Cortolima la debemos defender y apoyar todos los sectores sociales, ambientalistas, partidos y movimientos comprometidos con la esperanza y la vida y hacer causa común ante los embates que se vendrán contra el desarrollo sostenible desde círculos del gobierno departamental y la multinacional minera Anglo Gold Asahanti.
Esta aspiración de la multinacional minera de tener su representante en el consejo directivo de Cortolima, es un imposible moral y ético ante los ojos de ciudadanos desprevenidos y una sociedad amante y protectora de los recursos naturales del planeta, pero no ante la multinacional que no tiene ninguna frontera, lo único que les interesa son las ganancias multimillonarias en dólares, así se atente contra un recurso sagrado como el agua en tiempos de cambio climático. Las multinacionales no tiene escrúpulos ni patria, solo el interés de grandes ganancias.
Elegir a Felipe Márquez, o a cualquiera que sea en representación de Anglo Gold Ashanti, en el consejo directivo de Cortolima, es como dejar el ratón cuidando el queso y, ya sabemos qué pasa cuando esto sucede.