Como duquistas y carrasquillistas no pudieron rebatir las acusaciones en el Senado, desde ese día repiten falacias: que Carrasquilla no cambió las normas para enriquecerse y que tampoco estaba inhabilitado. Que apenas brindó una asesoría por la que le pagaron unos modestos honorarios y que los alcaldes son los únicos responsables de la corrupción que llevó al fracaso a los Bonos Carrasquilla. Y silencian que por el antro Panamá Paraíso Fiscal pasó la plata con la que montaron este negocio.
Probado está que este negocio no podía hacerse sin los cambios legales que Carrasquilla introdujo o dejó listos para introducir: el artículo 356 de la Constitución y la Ley 1176 de 2007. Tan afanado estaba que, violando su inhabilidad de un año además de la permanente, el 1° de noviembre de 2007 creó en Panamá a Navenby Investmen Group, la empresa con la que traería la plata de Nueva York.
Es mentira que Carrasquilla fuera un simple asesor, alguien que apenas dio consejos para endeudar, mediante bonos, a 117 municipios en 440 mil millones de pesos. Porque además participó en el diseño y ejecución de la operación financiera, para la que también creó a Konfigura Capital. Porque Andrés Flórez, su socio en las dos empresas mencionadas, fue fideicomitente en nombre del Grupo Financiero de Infraestructura, la compañía de los gringos propietarios del negocio.
Y entre todos ellos y Alianza Fiduciaria lograron que los alcaldes firmaran el endeudamiento. Que no se pierda de vista que los que invirtieron en los bonos no hubieran podido prestar su plata muy cara si, ¡primero!, alcaldes y concejos municipales no hubieran suscrito los contratos de adhesión con los que los ataron.
Hay cartas entre Gloria Patricia Farfán, alcaldesa de Florencia, Caquetá, y Alberto Carrasquilla, gerente de Konfigura, en la que la primera compromete los recursos del Sistema General de Participaciones en el pago del préstamo que están acordando y el segundo le anuncia el envío “de los contratos de constitución del patrimonio autónomo y de crédito en virtud de la operación de endeudamiento” (Carta 1, carta 2).
Carrasquilla aceptó además que se reunió con alcaldes y concejales para convencerlos de las bondades de su propuesta. Y en una presentación de Konfigura se señala que las deudas con ellos serían al 17 por ciento de tasas de interés y a 19 años, en tanto las de Findeter, para los mismos fines y a través de los Planes Departamentales de Aguas del Ministerio de Vivienda, se pactarían a 10 años y costarían al 12 por ciento, ¡cinco por ciento menos de interés! (Presentación general del proyecto «Bonos Agua»).
Si Carrasquilla y sus asociados pudieron colocar créditos en peores condiciones que el gobierno, fue porque los alcaldes entendieron que podían aprovecharse de que la deuda no la pagarían ellos sino sus sucesores y que las obras podían no hacerse y las platas perderse entre sus manos, como sucedió, porque el prestamista no les puso ninguna condición que garantizara el éxito de los proyectos, según lo demostré en el Senado (Clausula 8.1 ).
Conocido el Carrasquilla que da opiniones –el oficio de los asesores– y el que también es capaz de colocar créditos leoninos, apoyado en normas legales e ilegales, porque también se violaron leyes (Robledo denuncia a Carrasquilla por violaciones a la ley en los bonos Agua), se entiende que a Claudia Gurisatti le dijera que a él le habían pagado, no con honorarios, sino con una “prima de éxito” del dos por ciento sobre los 440 mil millones de pesos del endeudamiento de los municipios, suma que calculó en 8 mil millones (Video ), y que salió del tres por ciento del margen de intermediación que decidieron. ¡E Iván Duque defendió a Carrasquilla diciendo que apenas “diseñó un producto” y que no fue ni “asesor” de los municipios ni “intermediario sobre la colocación” de las deudas!
Si se toma la definición de corrupción del Banco Mundial que dice que es “el abuso de la función pública para obtener ganancias privadas”, no hay duda de que los Bonos Carrasquilla fueron un negocio corrupto. Y es evidente que el Ministro Carrasquilla se enriqueció en una operación financiera en la que fue mucho más que un simple asesor. Que Iván Duque no agrave el grave error que cometió al nombrarlo, dejándolo en el cargo.