Diego Fernando Cuesta es Capitán del Ejército Nacional y actualmente hace parte del grupo de deportistas paralímpicos que representan a Colombia en Río 2016. El ibaguereño fue víctima del conflicto al caer en un campo minado en marzo de 2012, accidente que le dejó una pérdida significativa de la visión
Cuesta tiene 30 años y desde el 2004 hace parte del Ejército Nacional. Luego del accidente, ocurrido en la vereda Miravalles en San Vicente del Caguán, Caquetá, el dictamen médico apuntaba a que iba a quedar totalmente ciego.
Sin embargo, luego de diferentes valoraciones y cirugías, el resultado final fue una pérdida importante de la visión de ambos ojos. Pero esta limitación no fue un impedimento para que el Capitán Cuesta decidiera retomar la natación, el deporte que había practicado desde los nueve hasta los 14 años.
Fue en Ibagué donde él desarrolló su amor por la natación, todo ello de la mano del profesor Octavio Angulo. Además, llegó a ser parte del la selección Tolima dirigida por Argemiro González, conocido como ‘Archi’.
Así pues, siete meses después de su accidente, en octubre de 2012, fue incluido en la Liga de Deportistas de las Fuerzas Armadas, Lidifa, donde decidió retomar el deporte que le apasionaba y que contribuía a su proceso de superación y adaptación a una nueva vida.
“El apoyo incondicional de mi esposa en la recuperación hizo posible que volviese al deporte. Allí encontré como seguir buscando victorias de la misma forma que lo hacía cuando lideraba la tropa”, recuerda.
Y sus logros no han sido pocos. El Capitán ha conseguido ser subcampeón suramericano en Chile en 2014 y además ser dos veces cuarto y quinto lugar en el mundial de la Federación Internacional de Limitados Visuales en Seúl, Corea del Sur, en 2015. Ese mismo año se coronó campeón panamericano en Toronto, Canadá y subcampeón en los Juegos Nacionales en Colombia.
De la guerra a Río
Todavía le faltan dos pruebas en los Juegos Paralímpicos, pero hasta el momento ya ha competido en 100 metros pecho, espalda y mariposa. Aunque esta disciplina se ha convertido en una parte muy importante de su vida, su verdadero motor son su esposa, Sara Ruíz y sus dos hijas Hanny y Paula, quienes son sus más grandes fanáticas.
“Mis objetivos para los Juegos Paralímpicos de Río 2016 son mejorar mis marcas y también poder ascender en las posiciones del ranking internacional”, afirma.
Y agrega: “Agradezco a la Liga de Discapacitados Físicos del Tolima, Lidiscatol, en cabeza de Carlos Ávila, por los espacios que me brindan para nadar cuando estoy en Ibagué. Asimismo, el apoyo de los entrenadores Iván Avendaño y Jesús Rodríguez”.
Por supuesto, el Capitán Diego, como víctima de la guerra, deja un mensaje a favor del fin del conflicto en Colombia, en el que muchos miembros del Ejército Nacional no solo han resultado heridos o con secuelas permanentes, sino que han perdido la vida.
“La paz es algo que necesita el país. Es el momento que deseamos para que nuestros hijos crezcan y es la oportunidad para que Colombia sea atractiva para la inversión extranjera”, concluye.