Alberto Acosta Espinosa, exministro de Minas de Ecuador, llegó a Ibagué a ser parte de unas conferencias realizadas por el Comité Ambiental. Su mensaje para los cajamarcunos y tolimenese es que se opongan rotundamemente a la megaminería ya que esta actividad solo produce destrucción ambiental y daños irreversibles en el entorno.
En este sentido, el político ecuatoriano asegura que en Latinoamérica la política ambiental es mediocre, puesto que pocas veces se le da prioridad a la preservación de los recursos naturales.
En su país, por ejemplo, el gobierno de Rafael Correa ha declinado el apoyo a iniciativas sociales que pretendían cuidar el ambiente, y por el contrario, ha permitido la entrada de la minería como parte de su actividad económica.
«¿Cómo enfrentar esa realidad? No con más extractivismo, no con más minas, con más petróleo o monocultivos, sino comenzando a cambiar la matriz productiva y también la lógica de entender los procesos, porque creo que hay, y eso daría otro elemento para el debate, una suerte de ADN extractivista en nuestras sociedades. No somos capaces de pensarnos si no hay recursos naturales, si no está de por medio la renta de la naturaleza, y esa es una lamentable realidad», afirma Acosta.
En cuanto al caso Colombiano, el exministro manifiesta que lo logrado en la consulta de Piedras es un ejemplo, no solo para el país, sino para el mundo entero.
«La gente se organizó en contra del Estado y naturalmente en contra de la empresa, logró un voto para garantizar la vida«, agrega. (Ver: Así será la octava marcha carnaval en Ibagué )
Por su parte, la consulta popular en Ibagué también le parece una iniciativa que se debe reconocer y apoyar, ya que las generaciones futuras serán las beneficiadas con esta decisión que se tomará el próximo 30 de octubre en el capital del Tolima.( Ver: Consulta popular minera de Ibagué se realizará el próximo 30 de octubre)
«Ojalá quienes tengan esa oportunidad de decidir lo hagan a favor de la vida, para cuando miren a los ojos a sus nietos y a sus nietas puedan decirles con claridad que no estuvieron a favor de la muerte, es decir, de la minería«, sostiene.
Las cifras de la minería no son una maravilla
Según Acosta, las cifras que promete la minería para convencer a los pobladores son engañosas, toda vez que los empresarios mineros las inflan para demostrar que esta actividad contribuye al desarrollo de la región y de sus habitantes.
«A mí me parece que habría que hacer una cifras ajustadas para ver cuánto realmente le va a quedar al Estado colombiano y cuánto le va a quedar al departamento del Tolima«, dice.
Y agrega: «Son muy hábiles los empresarios mineros o petroleros para inflar las cifras y hacernos creer que esto es una maravilla que resuelve los problemas. La pregunta que yo me hago es: ¿está considerada la reparación de todo ese impacto ambiental que se va producir, sí o no?», expresa.
De igual forma, su preocupación es que este tipo de proyectos mineros no tienen en cuenta el potencial artesanal, turístico y agrícola de la zona. Por lo tanto, la esencia de esta región se vería totalmente afectada por una labor ajena a su vocación económica.
«Yo creo que esas son las cosas que hay que preguntarse y no caer en los cuentos alegres que hacen estas empresas, que lo que buscan es satisfacer la demanda de su bolsillo, del capital«, concluye.