El interés general, el particular y el cambio climático

Por: CARLOS ALBERTO MATEUS

La historia de la humanidad está llena de conflictos entre el interés particular y el interés general, pero las sociedades que más han logrado avanzar han sido precisamente aquellas en las que el pacto social es más fuerte, aquellas en la que el interés común se sobrepone al de los individuos. Es una lección que debemos aprender y difundir.

En estos días se celebra la COP22 que, en materia de cambio climático, es la mejor expresión de interés general de la humanidad y que inicia, consolidando los logros del acuerdo de París, por la entrada en vigor del acuerdo con más de 109 ratificaciones, que representan el 75 % de las emisiones de gases de efecto invernadero contabilizadas, sobrepasando el mínimo establecido para que se hiciera efectivo.

Los países han venido entendiendo su corresponsabilidad en la salud ambiental del planeta y la imposibilidad de lograr resultados si no hay compromiso de todos, pues es claro que, por grandes esfuerzos que hagan unos pocos, los resultados no van a ser perceptibles. Por eso el secretario general de las Naciones Unidas señaló en su discurso de apertura que “los países han apoyado firmemente el Pacto porque se han dado cuenta que sus propios intereses nacionales están mejor asegurados cuando persiguen el bien común.

Sin embargo, los retos siguen siendo monumentales; el Informe sobre la brecha de adaptación del PNUMA señala que sólo el costo de la adaptación para los países en desarrollo podría rondar entre 140.000 y 300.000 millones de dólares en 2030, y entre 280.000 y 500.000 millones en 2050, hasta cinco veces más de lo estimado en un principio pues el fondo prevé 100.000 millones anuales a partir del 2020.

Por otra parte, la semana pasada fue publicado por Naciones Unidas el informe sobre la brecha de emisiones y en él se señala que el mundo todavía se encamina hacia el calentamiento global de 2,9 a 3,4°C este siglo, muy superior al límite máximo recomendado de 2°C”.

Una de las conclusiones a la que se llega, en relación con los dos informes es que, si no se logra la meta de calentamiento mínimo, se generarán mayores riesgos y traumatismos en los países más expuestos, entre ellos Colombia, haciendo mayores los costos de adaptación. Y en todo caso, aun cumpliéndose tales metas, se hace necesario un financiamiento adicional y mayores inversiones para disminuir el impacto del cambio climático.

Recientemente en Colombia, en la entrega del reporte de competitividad 2016-2017 del Consejo Privado de Competitividad el profesor Simon Maxwell [1], hablando del modelo competitivo que debe adoptarse ahora mismo, señaló que debe «ser compatible con el clima y por tanto debe considerar la mitigación y la adaptación al tiempo con la competitividad», que es lo que lo hará sostenible.

Son entonces cruciales el compromiso y la acción inmediata de los agentes del sector privado, ciudadanos, empresas y gremios y asociaciones. En este sentido, respaldamos totalmente las declaraciones que Ban Ki Moon hizo en su discurso: un llamado al sector empresarial para aprovechar las oportunidades generadas en materia de energías renovables e innovación amigable con el medio ambiente, así como la promoción de asociaciones público – privadas, con el objeto de transformar áreas clave de las economías que van desde el uso del suelo agrícola hasta el transporte sustentable: 

“Las ciudades, sus ciudadanos y los ejecutivos de empresas han sido cruciales para movilizar apoyo político para el Acuerdo de París. También se encuentran entre los más visionarios y ambiciosos para construir economías bajas en carbono y resiliente que prosperarán en un mundo cambiado por el clima”.

Y hoy, ¿cuál es tu compromiso?

[1] Executive Chair – Climate & Development Knowledge Network; European Development Cooperation Strengthening Programme and Chair, European Think Tanks Group.

@CarlosAMateus

Foto: suministrada

Fecha: lunes - 28 noviembre - 2016