Jovanna Espitia nunca se imaginó que trabajar en el proyecto La Colosa le iba a cambiar su vida de una forma tan radical: en tan solo nueve meses de labores resultó envenenada con altos niveles de mercurio. Por eso, desde el año 2010, ha padecido innumerables procedimientos médicos y ha interpuesto varios recursos jurídicos para intentar que la multinacional minera AngloGold Ashanti asuma sus responsabilidades.
Según le dijo Espitia a esta redacción, su vinculación con el proyecto La Colosa se dio en el año 2010, cuando a través de la empresa de servicios temporales S.O.S. Empleados S.A.S empezó a trabajar como auxiliar de plataforma en las actividades desarrolladas por AngloGold Ashanti en Cajamarca.
Después de llevar trabajando seis meses en el proyecto La Colosa, Jovanna empezó a sentir síntomas extraños como dolores de estómago, mareos, pérdidas temporales de la memoria y dolores de cabeza, los cuales fueron objeto, inicialmente, de múltiples diagnósticos por parte de los equipos médicos y de la aseguradora de riesgos laborales.
«Yo empecé a sentirme tan mal que no me quería ni parar. Para el mes de febrero del 2012, me presenté a las 7:00 de la mañana en un centro asistencial porque venía sintiendo los mismos síntomas que tenía cuando trabajaba en La Colosa. A las 2:00 de la tarde, yo ya tenía dormida la mitad del cuerpo y no podía ni hablar. Ya estaba perdiendo la memoria, el movimiento y el equilibrio. Me dijeron que yo tenía una lesión cerebral y se dieron cuenta que algo había entrado en mi organismo y me había producido los síntomas«, cuenta Jovanna.
«El mercurio arruinó mi vida»
A partir de entonces, la vida se Jovanna se convirtió en un calvario. El primer diagnóstico de los médicos decía que los síntomas eran producto de un cáncer en la cabeza, motivo por el cual tuvo que someterse a una biopsia cerebral para determinar la naturaleza de la enfermedad.
«El resultado del examen arrojó que tengo una ‘gliosis astrocita moderada no especificada’, eso es una lesión cerebral grave. Y por eso me remitieron a toxicología a la ciudad de Bogotá para encontrar componentes que me hubieran contaminado. Cuando me hicieron más exámenes en el año 2013, ya salí positivo en 30 grados para mercurio«, dice Jovanna. (Ver examen médico)
Una vez establecida la causa de su crítico estado de salud, Jovanna tuvo que someterse a un tratamiento durante ocho días para intentar eliminar el mercurio de su organismo y evitar que el envenenamiento pudiera acabar con su vida. Para entonces, otra de las prioridades del equipo médico era establecer las causas de la intoxicación con mercurio.
«El doctor Camilo Uribe, director de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario Infantil de Bogotá, me decía que no había podido ser una intoxicación en la casa con un bombillo, ni con un termómetro, porque se trataba más bien de una inhalación de vapores de mercurio, además los niveles del envenenamiento eran muy altos. El doctor me ha insistido que se trata de una enfermedad profesional, y casi todos los médicos dicen lo mismo, pero AngloGold Ashanti, la EPS y la aseguradora lo niegan», comenta Jovanna.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la inhalación de gases de mercurio es perjudicial para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo y los pulmones y riñones, con consecuencias a veces fatales. (Ver informe de la OMS)
«Tras la inhalación o ingestión de distintos compuestos de mercurio o tras la exposición cutánea a ellos se pueden observar trastornos neurológicos y del comportamiento, con síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras«, señala la OMS.
Todos estos síntomas hicieron que Jovanna perdiera la normalidad de su vida y tuviera que pasarse casi dos años entre exámenes médicos, cirugías y muchas horas de dolor y sufrimiento.
¿Quiénes son los responsables?
«Cuando terminé mi proceso médico, decidí que yo me iba a defender, porque el daño no era solo para mí, sino para todas las personas de la región de Cajamarca. Allá no se está teniendo en cuenta el agua, ni el medio ambiente«, dice Jovanna.
El proceso de recuperación fue largo, agotador y doloroso. Pero Jovanna recuerda que cuando pudo volver a caminar y valerse por sí misma, su único propósito era luchar en contra de la megaminería contaminante y exigir justicia y reparación por parte de los responsables. Pero la batalla jurídica resultó ser difícil.
En primera medida, la aseguradora de riesgos profesionales Colpatria determinó que no podía responder económicamente porque la enfermedad de Jovanna no tenía nada que ver con su ejercicio laboral. Luego de ello, la EPS Salud Total no quiso pagar las incapacidades médicas porque, a su juicio, sí se trataba de una enfermedad originada en el trabajo. Dos conceptos, una víctima.
Ante la lavada de manos de las dos compañías, Jovanna decidió interponer una tutela ante el Juzgado Quinto Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Ibagué, el 13 de noviembre del 2013, pero el mencionado despacho no accedió a sus pretensiones porque no se consideraba competente para dirimir el pleito.
Pero aprovechando la segunda oportunidad que le dio la vida, Jovanna no desfalleció. Por eso interpuso otra acción de tutela, pero esta vez ante la Corte Constitucional, todo ello con el fin de obligar a las compañías a reconocer sus derechos y el pago de las incapacidades.
Y el 16 de septiembre del 2014 la Corte Constitucional emitió la sentencia T/723/14, en la cual obliga a la EPS Salud Total pagarle a Jovanna todas las incapacidades, pero también insta a la entidad a que adelante acciones para determinar si el envenenamiento se produjo en el proyecto La Colosa o no. (Ver sentencia)
La defensa de AngloGold
En noviembre del año 2015, Jovanna decidió interponer una denuncia laboral en contra de la multinacional minera AngloGold Ashanti, ello con el fin de que la empresa respondiera por el envenenamiento con mercurio que padeció.
Pero como si la cosa no fuera con ellos, AngloGold Ashanti decidió guardar silencio y no pronunciarse sobre el tema. Solo hasta que Jovanna asistió al Concejo de Ibagué el pasado mes de febrero, cuando se discutía la viabilidad de la consulta popular minera, la empresa multinacional le prestó atención al caso.
«Yo hablé en el Concejo de Ibagué para concientizar a algún concejal que estuviera en contra y esa votación se diera a favor de la consulta popular. Cuando se da eso, al otro día AngloGold Ashanti responde ante el juzgado. Yo les conté que me había dado una enfermedad en el proyecto La Colosa, pero que miraran que yo no podría ser la única que podría salir enferma, sino también las personas de Ibagué y Cajamarca«, cuenta.
Así pues, según Jovanna, los argumentos de AngloGold Ashanti fueron varios y absurdos: que en el proyecto La Colosa no se está utilizando mercurio, que ella trabajó en la parte de obras civiles y no como auxiliar de plataformas, y que seguramente el envenenamiento se dio porque Jovanna habría consumido peces contaminados.
«El subsuelo no sé qué clase de materiales tiene, pero tiene metales pesados, y eso hace la diferencia. Cajamarca es de incidencia volcánica y por eso tenía que estar preparada para cualquier cosa en una plataforma donde no me daban sino un tapabocas, cuando tiene que ser un respirador«.
Pero el pasado 18 de agosto, la empresa minera nuevamente contestó al juzgado que lleva el caso y responsabilizó por todo a la empresa S.O.S Empleados S.A.S. (Ver documento)
Mientras tanto, Jovanna espera a que se fije una fecha para que un juez sea quien determine la responsabilidad de AngloGold Ashanti. Para eso, ella presentará dictámenes profesionales, estudios ambientales y los testimonios de otros exempleados de La Colosa que, según ella, hoy en día también se encuentran enfermos.
Hay que frenar la minería
«Siento impotencia porque el Estado no hace nada. No he podido continuar con mi vida profesional. En ninguna empresa me quieren contratar por las secuelas que me dejó el envenenamiento con mercurio«, dice.
Y luego, pensativa, reflexiona: «Para mí es importante decirle a la gente que pierda el temor, que no se ciegue. No porque se trate de una multinacional, la gente tiene que quedarse callada. La minería no solo está afectando a una población pequeña, sino a toda una región. Y todos nos vamos a ver perjudicados como en la Guajira, van a haber socavones por todos lados, y las regalías no se van a quedar en el territorio».