El colombiano más antiguo reportado hasta hoy habitó en Boyacá

Los restos óseos de los que se podrían considerar como los pobladores más antiguos de Colombia y que son resguardados en el Templo del Sol, en Sogamoso, fueron analizados por Lilián Andrea Casas Vargas, doctora en Ciencias – Biología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), incentivada por el profesor José Vicente Rodríguez, del Departamento de Antropología.

Su trabajo consistió en caracterizar 46 restos óseos de tres épocas distintas custodiadas por el Museo Arqueológico de Sogamoso “Eliécer Silva Celis”. La muestra está compuesta por cinco cazadores-recolectores con 8.000 años de antigüedad, descubiertos en Floresta (Boyacá); siete individuos de la época en que se inició la agricultura, periodo conocido como Formativo –seis hallados en Duitama y uno en el Templo del Sol–, y demás individuos del periodo Muisca Temprano (775 al 975 d. C.) y Tardío (1025 al 1165 d. C.) –cinco hallados tras la excavación realizada a una de las malocas y 29 de la colección del Museo.

“De Floresta se analizaron los cráneos, algunos con dientes; del periodo Formativo se tomaron huesos largos como el fémur; y de los muiscas se trabajó con el fémur y los molares”, detalla.

La bacterióloga se centró en diferenciar genéticamente las poblaciones muiscas, establecer sus relaciones con otros grupos y hallar su posible tronco ancestral. La comparación de material genético la hizo a partir de la identificación de los haplogrupos mitocondriales, conjuntos de genes relacionados entre sí y que se encuentran en posiciones concretas, llamadas locis, de los cromosomas.

Gracias a los marcadores mitocondriales, que se transmiten por línea materna a las hijas, se ha podido identificar tanto el origen y tiempo de divergencia de poblaciones ancestrales como los eventos drásticos en el descenso del número de miembros de una comunidad –algunos al borde de la extinción– o cuando las frecuencias alélicas del genoma de una población cambian a lo largo de varias generaciones por cuenta de transformaciones microevolutivas.

Nuevos linajes precolombinos 

El análisis completo de ADN terminó en 2016, cuando la bacterióloga recibió el documento con los resultados del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck (Austria), donde meses atrás, gracias a una beca, había profundizado en el estudio de la mitocondria.

Los individuos provenientes del hallazgo arqueológico de Duitama, y que son del periodo Formativo (20 a. C. al 125 d. C.), pertenecen al haplogrupo B2d; un individuo proveniente del Templo del Sol fue clasificado como A2ac; y los del periodo Muisca cuentan con el macrohaplogrupo A2, originario de los primeros pobladores de Asia que cruzaron el estrecho de Bering.

Cráneo alargado y muelas grandes 

Entre las características identificadas en ellos se encuentra una dieta con alto consumo de tubérculos, carne y grasa animal. Los cráneos son alargados, angostos y altos; los dientes, en especial los molares, son grandes y presentan desgaste dental. No se observan caries, pero sí pérdida de piezas dentales por desgaste y enfermedad periodontal.

Para el profesor Rodríguez, toda la nueva información obtenida corrobora los planteamientos propuestos desde la antropología física, sobre un proceso microevolutivo entre los paleoamericanos (pobladores más antiguos) y los muiscas, en el transcurso de casi 10.000 años; se diferencian morfológicamente como consecuencia de los cambios en los patrones de subsistencia.

Fuente: Unimedios.

Por: REDACCIÓN NACIÓN

Foto: SUMINISTRADA - UNIMEDIOS

Fecha: domingo - 2 septiembre - 2018