El Cañón del Combeima no puede seguir siendo un cementerio de ‘Águilas Cuaresmeras’

Hermosas figuras circulares forman en el cielo las ‘Águilas Cuaresmeras’ que sobrevuelan la inmensidad del Cañón del Combeima cuando a penas se acerca la Semana Santa en Ibagué. Mientras en esta época, muchos preparan el alma para hacer un acto de contrición y depurar su corazón. Otros preparan su escopeta, par de perdigones y una linterna para convertirse en los depredadores de estas aves que lo único que quieren es descansar en nuestro territorio.

Las ‘Águilas Cuaresmeras’ son en realidad Gavilanes y su paso por Ibagué nada tiene que ver con la cuaresma. Miles de ellas llegan a este lugar a descansar para poder continuar una larga travesía hacia su destino final. Vienen de Estados Unidos y Canadá con rumbo a Argentina. Emprenden este largo viaje seducidas por las corrientes cálidas que las alejan de su hogar mientras allí pasa el invierno.

Su llegada causa alegría. A algunos porque disfrutan de la majestuosidad de su vuelo y sus rasgos característicos y a otros, porque las consideran un manjar afrodisiaco y por eso, las cazan vilmente. La creencia de que son afrodisíacas, mágicas o que se comen los cultivos, está acabando con gran parte de ellas, dicen algunos expertos que inclusive están cambiando su ruta para evitar llegar al Cañón del Combeima a morir a manos de los cazadores. (Ver: Alerta por llegada de cazadores de águilas cuaresmeras al Cañón del Combeima)

“Ellas llegan al Cañón del Combeima en donde muchas personas creen que vienen a atacar sus cultivos, pero esto no es así. Otros, tienen la concepción equívoca de que son místicas por llegar en esta época y otros que son afrodisíacas, algo que científicamente no ha sido constatado; cuando en realidad, las aves viene desde Norteamérica y arriban a la ciudad para descansar, tomar fuerzas y continuar su viaje”, explica Bibian Acosta, bióloga de Cortolima.

Las constantes campañas de las autoridades ambientales y la conciencia ambiental que se va arraigando en algunos de los pobladores de este paraíso ambiental llamado Cañón del Combeima han salvado la vida de cientos de aves, aunque aún falta mucho por hacer y por entender. 

Según veterinarios de Cortolima, las aves que no mueren de manera inmediata a causa de las heridas que les ocasionan los perdigones, quedan tiradas en los cultivos sufriendo y agonizando. Han identificado que estas armas les causan fracturas en alas y patas, así como perforación de intestinos.

Este panorama ha hecho que la Corporación se esfuerce por intensificar las campañas de sensibilización, que según Bibian Acosta, han servido mucho, pues ya son los mismos campesinos y habitantes del Cañón quienes denuncian la presencia de cazadores. Se han convertido en verdaderos vigías de la naturaleza

“El tema de control es complicado y requiere el despliegue de un amplio número de funcionarios, sin embargo, en los últimos años se han intensificado las campañas de sensibilización en donde se les explica a la población la importancia de las aves para el ecosistema por su condición de dispersoras de semillas. Cortolima procura sensibilizar para que los campesinos no sean depredadores sino defensores de estas especies”, señala la experta. (Ver: Sanciones millonarias y hasta 10 años de prisión para cazadores de águilas cuaresmeras)

El llamado de las autoridades ambientales de la región es a cuidar de la riqueza naturales que ofrece este paraje natural que fue escogido por estas aves como lugar de paz y descanso. El Cañón del Combeima no puede seguir siendo un cementerio de ‘Águilas Cuaresmeras’.

Por: AYLIN RODRÍGUEZ

Foto: SUMINISTRADA

Fecha: lunes - 26 marzo - 2018