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A los propietarios de la Clínica Minerva de Ibagué se les acabó la paciencia. La grave crisis financiera que atraviesa esta institución provocó un enérgico pronunciamiento de Mauro Varela, presidente de la junta directiva e hijo de uno de sus fundadores, quien responsabilizó al Gobierno Nacional del inminente cierre.
“Nos deben 17 mil millones y no pagan un peso. No tenemos ni para darle desayuno a los pacientes, mucho menos para los insumos”, aseguró Varela. (Vea Despúes de 68 años de historia, las EPS llevaron al cierre a la Clínica Minerva)
Sostuvo que ni el ministro de Salud, Alejando Gaviria, ni el superintendente de Salud, Norman Julio Muñoz, han tomado decisiones para desentrabar el pago de por lo menos 20 EPS morosas, entre las que se encuentran Caprecom, SaludVida EPS, Cafesalud, SaludCoop, Humana Vivir EPS-S, Emcosalud, Golden Group, Coomeva, Salud Total, Famisanar, Nueva EPS, Colsanitas y la Secretaría de Salud del Tolima.
Vale la pena advertir que un número importante de estas EPS están intervenidas por la Superintendencia Nacional de Salud y Caprecom es la aseguradora del Estado, por lo que el ministro Gaviria y el superintendente Muñoz tienen injerencia directa en las decisiones que se adoptan en estas entidades.
Los pacientes que tenían hospitalizados ya fueron remitiros a otras instituciones, no están prestando ningún servicio y con los pocos recursos que ingresan procuran cumplir con la nómina de 300 empleados.
Dijo que el Gobierno no ha querido revisar la crisis estructural del sistema de salud y que por estar ubicada en una ciudad intermedia, con una deuda pequeña en comparación con otras IPS del país, no hay ninguna respuesta oficial.
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Reveló que el pasado primero de junio solicitaron la intervención voluntaria de la Superintendencia Nacional de Salud y, después de un mes y ocho días, no existe ningún pronunciamiento de la entidad.
“En Caprecom botan las facturas a una bodega”
El directivo de la clínica Minerva criticó el manejo que le dan a la cartera en Caprecom, entidad a la que definió así: “Es un desorden institucional muy bien organizado. En Caprecom las cuentas las reciben y las botan en una bodega; entonces cuando vamos a buscar las cuentas dicen: búsquenla a ver qué tienen, es que no las hemos podido mandar a Bogotá, es que en Bogotá tienen un desorden”.
Afirmó que no sabe qué hace la Supersalud con las normas que expide para regular la operación del sistema de salud y que las EPS incumplen de manera abierta y flagrante.
