Una memoria en imágenes, es el legado que Daniel Camacho Ponce de León dejó para Ibagué. En un archivo de más de 2 mil negativos la ciudad fue retratada en sus calles, parques y edificios durante más de medio siglo. Daniel Camacho, ibaguereño por adopción y convicción, se preocupó por dejar para la posteridad la arquitectura e idiosincrasia de un pueblo, que con la modernidad, cambiaba de rostro. Hoy, sus fotografías reposan en Casa-Teatro Antonio Camacho, dirigida por su hija Gloria Camacho, a la espera de ser valoradas como patrimonio histórico de la ciudad.
Le llamaban “El Tigre” por una anécdota sucedida en un viaje familiar. En carretera, se pinchó un neumático, el gato se estropeó y don Daniel hizo uso de su gran fortaleza física para ayudar a levantar el auto. Un desconocido que observaba la escena exclamó jocosamente: -Este no es un gato, ¡es un tigre!-. A partir de ese momento, los amigos cercanos le apodaron cariñosamente el “Tigre” Camacho.
Nació en Bogotá en 1.907 y aprendió la fotografía desde niño, gracias a la influencia de su hermano Eduardo Camacho (veinte años mayor que él), quien tomó las riendas de la familia tras la muerte del padre, y a quien acompañó en sus viajes alrededor de Colombia. “La vocación por la fotografía quedó impresa en su alma desde su infancia”, señala su hija Gloria con orgullo y admiración.
La familia Camacho Ponce de León se radica en Ibagué en 1.923, luego de residir pocos años en Girardot. Así empezaría el amor incondicional de Don Daniel por la ciudad, y su trayectoria como fotógrafo. Fueron varios los estudios de fotografía que tuvo: el primero con su hermano Eduardo, el segundo también con este y en sociedad con Manuel Morales (esposo de su hermana María Antonia), llamado Estudio Fotográfico Camacho-Morales ubicado en la Calle 15 con Carrera Tercera; luego, al independizarse, nacería Camacho-Hermanos, y en la década del 40’, tras la muerte de Eduardo, Daniel monta el estudio Foto Camacho. Finalmente, en los años 50’, aquel que lo acompañaría hasta su muerte en 1.991 en la ciudad de Ibagué: el estudio Foto Lux.
La versatilidad de un maestro
“El Tigre” Camacho fue uno de los pioneros de la fotografía en Ibagué; también corresponsal gráfico de la revista Cromos (1.930-1.940) y periódicos como El Tiempo y El Espectador (1.940-1.950). En el ámbito local, fue colaborador gráfico de publicaciones como Tribuna Roja, El Cronista, El Progreso y El Inconforme. Incursionó en las lides del periodismo escrito con crónicas inéditas como Ibagué de Antaño, Historia del Batallón Rook, La Piscarria, Teatro Torres, El Viejo Girardot y El Bogotá de Cuando Cachifo, que evidencian que para Daniel Camacho cada espacio habitado representaba la necesidad de anclarlo en la memoria, mediante la imagen o la palabra.
Su amor por Ibagué
A Daniel “El Tigre” Camacho le gustaba salir a caminar los domingos por la ciudad, y visitar el Cañón del Combeima para departir con sus amigos y tomar fotografías. Le agradaba la lectura y el cine, y siempre vivió en el sector del Centro, donde crecieron sus siete hijos a quienes enseñó su pasión por el milagro de la imagen y la luz, aunque algunos tomaron caminos diferentes como la veterinaria, las matemáticas y los idiomas.
Sólo dos continuaron en las artes: Antonio Camacho Rugeles, escritor, actor y pintor víctima de desaparición forzada en 1.985, y Gloria Camacho Rugeles, Artista Escénica y Gestora Cultural, además de directora de Casa-Teatro, centro de formación artística que lleva 26 años de trabajo en Ibagué, en cuatro municipios del Sur del Tolima y Colombia.
Atendiendo a su preocupación constante por la memoria, Daniel Camacho registró con su lente acontecimientos importantes para la ciudad como la llegada del primer tren en 1.921, y la demolición de la estación del tren en 1.983; además capturó lugares como el Parque Andrés López de Galarza, el Panóptico, el antiguo Banco de Bogotá, el Parque Centenario en 1.930, el quiosco de Belén (donde actualmente queda el Museo de Arte del Tolima), la Catedral en 1.920, la Plaza de Bolívar, la Gobernación del Tolima y el Parque Murillo en 1.950, entre otras joyas arquitectónicas demolidas o que hoy cuentan con remodelaciones.
Dado el volumen de su trabajo fotográfico, se le ha organizado en colecciones como: Rostros de Ciudad, que remite a los retratos de fundadores, y personajes y familias prestantes de la Ibagué del siglo XX; Arquitectura, Memoria y Ciudad, y una tercera colección denominada Paisaje Humano, que exploró no sólo las montañas y soles del departamento del Tolima, sino los oficios de las personas y sus costumbres; “la gente como parte dinámica del paisaje”, como afirma Gloria Camacho.
La deuda de la ciudad con “El Tigre”
Aunque el trabajo del maestro Daniel Camacho ha sido expuesto en numerosas ocasiones, no ha sido reconocido oficialmente como patrimonio histórico y artístico. Sus fotografías han sido exhibidas, con su aval en la inauguración del Centro Comercial Combeima en 1.982, y en la exposición Ibagué Antigua y sus Habitantes entre 1.977 y 1.980, ya con la autorización de su familia.
Recientemente en el Museo de Arte del Tolima (2012), institución a la que le fueron donados alrededor de 3 mil negativos, y en Memoria y Ciudad (2015) programación concertada con el Ministerio de Cultura, entre otros escenarios. De igual forma, algunas de sus fotografías ahora integran la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá.
En vida, “El Tigre” donó al Banco de la República parte de su obra, entidad con la que hace unos años se intentó negociar la adquisición del archivo fotográfico conservado en Casa-Teatro, pero el acuerdo no se materializó, y pese a dos proyectos presentados en las dos últimas administraciones, la Alcaldía de Ibagué no ha sido receptiva a la propuesta de considerar el vasto legado del maestro Camacho, como patrimonio histórico de la ciudad.
Es común ver en establecimientos comerciales, panaderías, e incluso en las paredes de la Alcaldía de Ibagué, reproducciones en baja calidad de la obra del maestro Camacho, adquiridas a través de terceros, y de las cuales no se reconoce su autoría. Para Gloria Camacho, esto representa una preocupación no sólo por el acceso libre a las fotografías de su padre, sino por la calidad pobre en que se difunden, lo que afecta los valores estéticos con que cada toma fue pensada y construida.
“Nosotros no hemos comercializado la obra de mi padre, sin embargo, hay gente que se está lucrando de eso (…) la intención nuestra es que sea reconocida como un bien patrimonial del Estado; de esta manera, se puede tener acceso al archivo, controlando el plagio y la burda comercialización que deteriora su calidad estética”.
Exposiciones permanentes, digitalizaciones y un Museo Virtual, hacen parte del proyecto institucional de Casa-Teatro y del sueño de la familia Camacho Rugeles para que la obra de “El Tigre” se conserve y reciba el lugar que merece y se le adeuda, por su aporte a la memoria visual de Ibagué.
Su recuerdo indeleble
Daniel Camacho nunca se lucró de su trabajo histórico de la ciudad. Su actividad comercial siempre estuvo en los retratos, y en las fotos familiares y para documento, servicio que ofrecía en sus estudios. Hoy, su hija Gloria Camacho recuerda a su padre por el amor infinito que le inculcó por este territorio, pues en él germinaron su vida, su familia y su talento; y por la sensibilidad que trasmitió a sus hijos para con la imagen y el paisaje.
“Yo le acompañaba en el cuarto oscuro y me maravillé con la magia de la fotografía, el revelado y el copiado…crecí viéndole acomodar a la gente, y aprehendiendo a su lado sobre la composición, la estética, la luz… [si bien] había de por medio una transacción comercial, primaba siempre una ofrenda a la imagen y un compromiso con su mágico oficio”.
La publicación del libro inédito que compila crónicas y fotografías de Ibagué, hace parte de la misión de Casa-Teatro para enaltecer la dedicación y compromiso que acompañaron al “Tigre” Camacho, en su objetivo por preservar las huellas de una Ibagué republicana y púber, frente al demoledor y vertiginoso arribo de la modernidad.
A los 24 años de la muerte de “El Tigre”, los cerca de 2 mil negativos que hoy abriga Casa- Teatro Antonio Camacho, que más que una herencia fotográfica encarnan una nota de nostalgia para los mayores de la ciudad, y un testimonio vivo para las nuevas generaciones de ibaguereños que poco se preguntan por su pasado.
*Un agradecimiento especial a Gloria Camacho y a Casa-Teatro Antonio Camacho Rugeles por proporcionar las fotografías de este artículo, y los documentos e información de apoyo sobre la vida y trayectoria de Daniel “El Tigre” Camacho.