Corría el año 2012 y el Alcalde de Ibagué, Luis H. Rodríguez, acuñó un ingenioso término, “Ingeniero de Servilleta”, el cual hacía referencia a algunos profesionales de la ingeniería que sin mayor sustento técnico, sin argumentos de peso, y en papelitos y servilletas, diseñaban de manera rápida las grandes soluciones en infraestructura para la ciudad.
Señalaba en su momento el alcalde Luis H., que estos “ingenieros de servilleta” eran una plaga, pues cada vez que visitaba el exclusivo Club Campestre a sus frecuentes juegos de golf, o cada vez que tenía a su lado algún ejemplar de esta particular especie, siempre le entregaban en servilletas burdos diseños del acueducto complementario, de las vías para Ibagué, de los reservorios y de cuanta obra exótica se le ocurría a la febril imaginación de estos sujetos.
La desconfianza del mandatario era justificada. La ciudad requería obras de impacto y de calidad, y a juicio del alcalde ni la ingeniería tolimense, ni mucho menos los “ingenieros de servilleta” estaban en capacidad de emprender obras de gran magnitud. Discrepando con el Mandatario local, creo que en el Tolima hay ingenieros serios, correctos, honestos y con capacidades de sobra para emprender obras de gran envergadura. Debo admitir que en lo que se refiere a los ingenieros de servilleta y a todos esos sujetos de medio pelo que proponen soluciones “chimbas” para los problemas de infraestructura más apremiantes de la ciudad, encontraba yo plena coincidencia con el alcalde Luis H.
La prevención del mandatario con la ingeniería local es evidente, pues nuestros ingenieros han estado ausentes del diseño de temas tan importantes como los estudios y diseños para completar el acueducto complementario, para realizar el catastro de usuarios y redes de la ciudad, para emprender los diseños de los escenarios de los juegos nacionales y ahora, para acabar de rematar, para la construcción de esos mismos escenarios deportivos.
Es una lástima que los estándares del alcalde, al menos en materia de ingeniería civil, se hayan flexibilizado a la baja, pues para infortunio de nuestra maltrecha ciudad encontramos que para la construcción y las adecuaciones de los escenarios de la 42 solo se presentó una propuesta (Consorcio Unidad Deportiva 2015), curiosamente de firmas ajenas al Tolima, y además representadas por un individuo dedicado a la chatarrería y los trasteos. Este es el mismo modus operandi de otros procesos: un solo proponente, numerosos cuestionamientos a los pliegos, exóticas respuestas por parte de las entidades a las observaciones presentadas y silencio por parte de la Alcaldía.
Con el respeto que me merecen los chatarreros y las personas dedicadas a los trasteos, resulta incomprensible que el representante del consorcio, que va a emprender una de las obras más importantes de los últimos años en Ibagué, sea un personaje que a juzgar por su experiencia, solo sabe de suministros, chatarra y compra/venta de tapetes y sanitarios de segunda mano, tal y como lo señaló con pruebas ELOLFATO.COM hace algunos días. (Ver investigación de ELOLFATO.COM)
Habría que preguntarle entonces a nuestro burgomaestre: ¿El señor que suministra sanitarios de segunda, es garantía de los más altos estándares de calidad en cuanto a construcción de escenarios deportivos se refiere? ¿Qué diferencia encuentra entre este chatarrero profesional y los ingenieros de servilleta que tanto criticaba en el 2012? ¿Será que alguien experto en trasteos, tiene las credenciales para garantizarle a la ciudad la entrega oportuna de los escenarios deportivos de la 42? ¿A causa de la improvisación y las curiosidades contractuales, resultará la construcción de los escenarios de la 42 y el Parque Deportivo otro “cagadero de palomas” como el Panóptico?.
Los lectores ya deben estar cansados de tanta lora con esto de los juegos nacionales, pero una vez más insisto que a no ser que Mandrake, el mago, sea contratado como un Super Asesor más, y por arte de magia realice las obras, es imposible que los escenarios estén listos para la inauguración de las justas, programada para el 7 de Noviembre del presente año.
Este hecho ya fue aceptado por el Gerente de Typsa en el diario El Nuevo Día, así como por el alcalde Luis Hernando Rodríguez, hace algunos días en el mismo rotativo. Todo esto confirma, que el único y verdadero interés de la administración local es adjudicar como sea y a quien sea tan importantes procesos licitatorios, sin advertir las consecuencias negativas que estas cuestionadas situaciones pueden generarle a Ibagué en el futuro.
Considerando la incapacidad de la Administración local y el alto grado de improvisación en muchos asuntos, anticipo que Ibagué no va a tener Juegos Nacionales este año, para lo cual los Super Asesores deberían ir pensando desde ya en las excusas y mentiras que nos van a ofrecer a los Ibaguereños para justificar tan mayúscula ineptitud. Solo sugiero, para que después no los tilden de Super Asesores de Servilleta, que no le den estas ideas al Alcalde en un papelito pues sería un insulto para un funcionario que en su imaginación exige altos estándares, pero que en la realidad exhibe pereza, mediocridad e insuficiencia administrativa.