La salud de los ojos debe ser cuidada desde los primeros años de vida, ya que es en esta edad en la que se forman los principales trastornos oculares. Estos pueden ser divididos en dos grupos: los defectos refractivos y las enfermedades oculares.
Los defectos refractivos, según la doctora Ángela Chaves, optómetra vinculada a Colsanitas, son aquellos que aparecen cuando el ojo no es capaz de enfocar las imágenes que le llegan del exterior en la retina. Algunos ejemplos son la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. Para tratarlos se suele recetar el uso de gafas, lentes de contacto o cirugía oftalmológica.
Entre tanto, las enfermedades oculares, como la ambliopía, el estrabismo y la conjuntivitis, son aquellas que afectan la anatomía del ojo y sus funciones. A continuación los seis trastornos más comunes que afectan la visión de los niños.
Hipermetropía
El niño tiene una percepción borrosa de los objetos que se encuentran a distancias próximas. Los estudios internacionales estiman que afecta a un 20,8% de los niños.
Si su hijo tiene este defecto refractivo puede preferir las actividades al aire libre y dejar a un lado las que involucren la visión a corta distancia. Además, puede realizar un esfuerzo de acomodación para mejorar el enfoque en la retina, pero prolongadamente le causará dolor de cabeza, lagrimeo o pestañeo frecuente.
Miopía
La dificultad radica en que la agudeza visual disminuye para ver objetos de lejos, teniendo una percepción borrosa de los mismos, pero su visión es buena para distancias próximas. Aproximadamente un 4% de los niños en edad escolar la presentan.
Es común que el niño apriete los ojos para enfocar mejor, pero este esfuerzo no compensa la miopía.
Además, preferirá los juegos y actividades que requieran visión a corta distancia, de forma que le guste leer, dibujar o pintar.
El Ministerio de Salud y Colciencias en la Guía de Práctica Clínica para la detección temprana y diagnóstico de defectos refractivos en menores de 18 años recomiendan que para disminuir la progresión de la miopía deben fomentar las actividades al aire libre por lo menos 8 horas a la semana y disminuir el número de horas de visión próxima.
Astigmatismo
Este defecto refractivo afecta la visión de cerca y de lejos simultáneamente, produciendo una visión deformada de los objetos y del contorno de las cosas que el niño intenta enfocar. Además, tiene dificultad para percibir los detalles finos a cualquier distancia.
El astigmatismo sucede porque la luz que procede de los objetos cuando entra en el ojo se enfoca en varios puntos de la retina y no se forma una imagen puntiforme. Cualquier esfuerzo por acomodar produce dolor de cabeza y cansancio visual. Su aparición se puede deber a factores genéticos o a un traumatismo.
Ambliopía
También conocida como el “ojo perezoso”, es el trastorno más común en niños. Básicamente consiste en la disminución de la agudeza visual en uno de los ojos. Esto ocurre porque hay dificultades en las señales que el ojo le envía al cerebro, de forma que llegan imágenes borrosas o deformadas.
En esta situación, el cerebro descarta las señales que envía el ojo débil y prefiere el ojo con mejor visión y progresivamente desactiva el funcionamiento de ese ojo.
La ambliopía puede aparecer porque no se corrige a tiempo un defecto de refracción en su debido momento, especialmente antes de los seis años. También se asocia con la presencia de problemas de alineación ocular, cataratas o cualquier otro problema del ojo, antecedentes de ambliopía o estrabismo en los padres y nacimiento prematuro.
Estrabismo
Es una desviación ocular que ocurre por la pérdida del paralelismo de los ojos, conocida comúnmente como ojos bizcos. Los ojos no miran a la vez el mismo objeto, de forma que mientras uno lo enfoca, el otro ojo gira hacia adentro o afuera en algunas ocasiones o permanentemente.
Ante esta situación, el cerebro desactiva las imágenes que llegan de ese ojo para evitar la doble visión. El estrabismo está asociado en gran medida con la ambliopía debido a que se pierde la visión por uno de los ojos.
El estrabismo se puede presentar por la no corrección de un defecto refractivo, por un trauma o puede ser congénito. Su aparición puede ser en los primeros meses de vida o entre los 3 ó 4 años.
Conjuntivitis
Puede ser de origen bacteriano, viral o alérgica. Consiste en una inflamación de la conjuntiva, que es la membrana que cubre la parte interior de los párpados y recubre la parte blanca de los ojos.
La conjuntivitis bacteriana es la que viene con el ojo lleno de secreción, dura poco y es una infección que se trata con antibióticos por pocos días y se supera. Se produce porque se está en contacto con algo o alguien infectado.
Entre tanto, la conjuntivitis viral es ocasionada por un virus como un simple resfrío y la de origen alérgica se desencadena en los niños que tienen crisis de asma, rinitis o sinusitis, que son enfermedades de base a nivel respiratorio. A los pacientes con esta enfermedad se les debe indicar sobre el riesgo de frotarse los ojos para evitar deformación de la córnea, conocida como queratocono.