Las actividades que fomentan el turismo de naturaleza, tales como el ciclismo, montañismo y hasta los denominados ‘paseos de olla’, siguen preocupando a las autoridades ambientales de Ibagué.
De acuerdo con César Picón, secretario de Desarrollo Rural del municipio, los ciudadanos que participan en estas jornadas deportivas y de recreación estarían entre los principales actores que contaminan el río Combeima.
Lo anterior porque, según el funcionario, estas personas «generan una mala disposición de residuos sólidos que terminan causando una afectación ambiental sobre la cuenta del afluente».
Entre los residuos más comunes se encuentran las botellas de plástico, que tardan alrededor de 450 años en descomponerse, y los empaques de icopor, los cuales no pueden ser tratados en procesos de reciclaje. (Ver: Más de 5.000 toneladas de heces humanas van al río Combeima)
«Es importante que la conciencia que se genere dentro de todos los ámbitos de desarrollo de nuestra ciudad, siempre esté orientada a la preservación, protección y conservación del río Combeima, la principal fuente hídrica de la ciudad», dijo Picón.
Medidas
De este modo, el secretario explicó que, si bien los principales responsables de la contaminación en el río son los habitantes de la zona y los restaurantes del sector, la administración municipal adoptará medidas para que los ciclistas y montañistas tomen conciencia y no arrojen residuos en el afluente.
Una de ellas será instalar un puesto de control ambiental en la quebrada ‘Las perlas’, que complemente el que ya existe en la finca ‘El Palmar’, con el fin de lograr que quienes suban a realizar estas actividades lo hagan bajo los estándares previstos.
«Se les entrega información y se les socializa la forma cómo deben ser manejados los residuos sólidos. Asimismo, a su regreso, se verifica que traigan los residuos.», explicó el funcionario.
Además, en coordinación con la Secretaria de Tránsito Municipal se implementará un puesto de control en el barrio El Libertador para hacer un proceso similar con los ciclopaseos, con el fin de «evitar que esta actividad deportiva tan importante se convierta en una actividad generadora de contaminación», sostuvo Picón.
Consecuencias y sanciones
Entre tanto, el funcionario mencionó cuáles son las principales afectaciones que tiene el río cuando se arrojan estos residuos y explicó de qué manera son sancionados los ciudadanos que lo contaminan.
«La disposición de los residuos sólidos en las fuentes hídricas disminuye la calidad del agua, perjudicando el ecosistema acuático y generando condiciones de insalubridad para la comunidad cercana a las fuentes hídricas, por la atracción de vectores. Adicional a esto, los desechos represados en las fuentes hídricas en épocas invernales pueden generar avalanchas de residuos que generen riesgos a la comunidad», aseguró el Secretario.
Finalmente, afirmó que, según lo contemplado en el artículo 100 de la Ley 1801 de julio del 2016, quienes incurran en estos comportamientos pueden recibir una multa superior a $800.000.