Entrar a ELOLFATO.COM fue aprender y, fue hacerlo en todo el sentido de la palabra. Hasta hoy, ha sido mi experiencia más enriquecedora, ese trabajo que me hizo crecer, profesional y emocionalmente.
Por eso hoy me enorgullece saber que ahí en el puesto que yo estuve, está uno de los mejores periodistas revelación que puede tener la ciudad, con el que muchas veces me tropecé por los pasillos de la Universidad, pero con el que nunca me imaginé, compartiría ideas en medio de un consejo de redacción, y qué dicha que fue eso. Me refiero a Juan Nicolás Camargo, quien ahora nos sorprende con sus reportajes.
Pero si hablamos de mi experiencia puedo decir que durante el día a día que vivía mientras reporteaba, escribía y manejaba la web, conocí mis mayores miedos y mis más grandes amores, sentí la emoción de tener una chiva en mis manos.
Supe que ese amor soñado por el periodismo, no había sido una utopía, era real y lo estaba viviendo. Estaba viviendo de un periodismo sin rodilleras, que sacaba a la luz todo pastel dañado que estaba debajo de mucho cartón para que nadie lo viera. Estaba viviendo de un periodismo de verdad y eso me hacía muy feliz.
ELOLFATO.COM fue como ese colegio donde me enseñaron todas las bases para poder defenderme sola en medio de una gran universidad. Fue donde me preparé para venir a mostrar mis capacidades a un gremio nacional. El paso por el portal me dio todo el empuje para llegar a Bogotá fuerte y sin miedo.
Fue un colegio como todos, en los que existían días buenos y días malos, días de deseo total por llegar a buscar cosas nuevas y diferentes y otros en los que simplemente me negaba a hacerlo. Fue ese lugar donde aprendí a preguntar, a presentarme, a escribir y a enfrentar a esos seres que veía importantes y con ojos de respeto.
Esos mismos personajes a los que muchos de mis colegas les rinden pleitesía pero a los que yo, con el tiempo, entendí que no merecían un "doctor" o "doctora" porque en vez de hacer progresar la ciudad, por la que se suponía que estaban trabajando, la hacían estancar. Aprendí a ser, ahora sí, "pichona de periodista", como alguna vez nos dijo Germán Sanchez, en sus únicas dos clases en la U.
ELOLFATO.COM me enseñó a confiar en mis capacidades, me confirmó que el periodismo es una profesión de amor, de emociones y que sin ellas es mejor no hacerlo. Porque para ser periodista hay que entender que esto no es cuestión de encuentros personales, no es una guerra entre personas, es simplemente la tarea de informar y mostrar la verdad.
Tristemente en Ibagué eso no se entiende. Es común que una publicación se convierta en el detonante entre periodista y funcionario, porque estamos acostumbrados a la alabanza por parte de los medios regionales. Por eso creo que para hacer buen periodismo hay que amar más la profesión que a los "amigos".
Hoy simplemente celebro junto al equipo de trabajo que un día tuve, pequeño pero el suficiente, para hacer lo que otros no harán jamás. Celebro que la verdad le ganó a la corrupción, que el placer de hacer periodismo fue más fuerte que la amistad y que en Ibagué por fin hay un punto de partida para los nuevos periodistas. Celebro porque en las aulas de clase ahora sí se puede hablar de un producto nuestro y no de algo nacional para poder hacer referencia al buen periodismo.
Desde la distancia celebro que ELOLFATO.COM llegó a su primer año, llegó a pesar de la mala energía de muchas personas, de su envidia. Llegó a este primer escalón, a pesar de la mala competencia con la que se tiene que vivir todos los días, única y exclusivamente porque tomó la decisión de ser diferente.
¡Feliz Cumpleaños!