Energía G, como es llamado el producto, le permite a los deportistas estabilizar los niveles de azúcar en el cuerpo, sintetizar las proteínas, tonificar los músculos y optimizar el proceso de recuperación.
El componente innovador de este pasabocas o snack de 25 gramos radica en la combinación de dos ingredientes naturales: la guayaba –en forma de bocadillo– y el maní, los cuales tienen grandes beneficios nutritivos para un deportista, y en general para cualquier persona, advierte su creador Felipe Nieto Alfonso, estudiante de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
La guayaba, recuerda el investigador, es antioxidante, rica en calorías, aporta vitamina C, mejora el sistema digestivo, ayuda a prevenir la diabetes, regula la presión arterial y contribuye a mantener las funciones cerebrales, entre otras propiedades.
El maní también es antioxidante y, entre otros beneficios, reduce el riesgo de cáncer de estómago, previene las enfermedades cardiacas, protege la piel y es una rica fuente de energía.
En ese sentido, un deportista de alto rendimiento termina su rutina, consume algo, y 15 minutos después puede comerse el snack, que tendrá un efecto inmediato en su organismo.
Este pasabocas se creó con el objetivo de ofrecérselo al Ingenio Incauca, productor de los bocadillos Doña Guayaba.
“Se están mezclando dos elementos naturales para crear un producto nuevo, colombiano, y se está abordando un nicho de mercado diferente, el de los deportistas de alto rendimiento”, señala el investigador Nieto.
La creación de Energía G
El estudiante desarrolló un proceso de ingeniería inversa con el bocadillo, es decir que identificó todas las fases de su producción y las analizó. Luego, con la ayuda de los profesores del Observatorio de Diseño y Alimentos de la U.N., definió el enfoque de mercado y la propuesta para Incauca.
Después, con la ayuda de su hermano, quien es chef, probó diferentes formas para preparar el bocadillo y el maní hasta llegar a un resultado óptimo en sabor, tamaño, presentación y forma.
“El pasabocas tiene forma hexagonal, semejante a un disco de pesas; es sedoso, no es tan seco ni tan húmedo y es menos dulce que los bocadillos tradicionales”, explica el estudiante.
Para llegar a la presentación final se hicieron muchas pruebas, pues, según Nieto, en diseño casi nada sale en la primera. Al final desarrolló una pequeña caja verde y amarilla que trae dos snacks empacados en papel celofán.
“Los ciclistas colombianos siempre han consumido agua de panela y bocadillo para recargar energía y aguantar el fuerte ritmo de la montaña. La idea es que esta tradición no se pierda”, concluye el estudiante Nieto.
*Tomado de: Agencia de Noticias UN