“Históricamente las especies más traficadas en el departamento son las aves, entre estas tenemos guacamayas, loros y pericos. Una muestra clara de esto es que de las 227 incautaciones que se realizaron en 2017, 221 fueron de esta especie”, afirmó Adriana Cardoso, líder de Control y Vigilancia de Cortolima.
Aunque, en lo corrido de este año, solo van 22 incautaciones de 33 especímenes, las autoridades ambientales temen que aumente con la llegada se Semana Santa, ya que es una época donde suele presentarse el mayor tráfico de animales.
“Desafortunadamente, según un estudio que hizo la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, en las terminales del sur y del norte, el origen de la mayoría de las especies incautadas proviene del Departamento del Tolima”, expuso la funcionaria.
Cardoso explicó que en las regiones secas y cálidas del plan del Tolima, es donde más se presenta el tráfico de animales.
Los habitantes de estas zonas, según argumentó la funcionaria, tienen por cultura ciertas prácticas que terminan atentando contra la fauna silvestre (especies animales no domesticadas que viven libremente en su hábitat natural). Por ejemplo, en municipios como El Guamo, Natagaima y Coyaima, entre otros, tiene como costumbre sacar de los nidos a los pichones de ciertas aves y domesticarlos.
Según la líder de Control y Vigilancia de Cortolima, los fines principales por los que las personas sacan a estos animales de su hábitat natural es para comercializarlos y usarlos como “cura” para ciertas enfermedades, algo que es completamente falso.
“Otra cosa muy lastimosa es que quienes más movilizan fauna silvestre son los mismos miembros de la Policía y el Ejercito cuando están prestando servicio, les parece muy atractivo extraer animales como el mono piel roja, guacamayas, loros y llevarlos como un presente a sus familias”, indicó la funcionaria.
Las segundas especies que suele incautar la Corporación Autónoma Regional del Tolima, en menor medida que las aves, son los mamíferos y reptiles.
¿Qué sucede con el animal después de la incautación?
«A estos animales los llevamos al Centro de Valoración de Fauna Silvestre, allá son valorados por el biólogo y el veterinario, quienes determinan el procedimiento a seguir», puntualizó Cardoso.
Cuando el animal se encuentra en buenas condiciones de salud y no ha sido amansado, puede ser retornado a su hábitat. Sin embargo, si presenta condiciones clínicas delicadas y está completamente domesticado, es necesario iniciar un proceso de recuperación para poderlo regresar a su entorno natural.
No obstante, la funcionaria, aclara que «ya hay animales que no presentan la posibilidad de volver, por ejemplo, si un primate está fuera 20 años de su hábitat y está completamente amansado, la Ley nos da la opción de reubicarlos en centros de rehabilitación o zoológicos».
Y queda una opción más: la eutanasia. Es el caso más extremo y solo se aplica cuando el animal presenta sufrimiento debido a una enfermedad terminal, generada en ocasiones por el maltrato causado en sus cautiverios.
«En cuanto a las personas que sean sorprendidas trasladando estos animales, dentro de la Ley 1333 se establecen varias sanciones, como el decomiso del espécimen y multas, claro, esto mientras se lleva a cabo toda la investigación por decomiso de fauna», explicó.
Un llamado a la comunidad
El tráfico de animales es un fenómeno que impacta fuertemente al departamento. Por eso, desde Cortolima, realizan una serie de campañas de sensibilización dirigidas, en primer lugar, a la comunidad. «Utilizamos mucho los medios audiovisuales alrededor de la ciudad con el mensaje de no traficar y extraer del medio natural a los animales. Asimismo, ejecutamos operativos de control y vigilancia en las carreteras, en las plazas de mercado y en las tiendas de mascotas» precisó Adriana Cardoso.
La Corporación es enfática al decir que ningún ser humano tiene la capacidad de brindarle las condiciones de vida necesarias a estos animales. Al sacarlos de su hábitat se está atentado contra su desarrollo, reproducción y supervivencia, condenándolos a la muerte y a una posible desaparición de la especie.
En esta Semana Santa se ha reforzado los controles, tanto en jornadas diurnas como nocturnas, principalmente en las terminales de transporte, donde suelen hacerse el mayor número de incautaciones.