Estudios realizados por Cortolima arrojan datos catastróficos para el futuro hídrico de Ibagué. Estos muestran como en 1971 el río Combeima contaba con una capacidad de 9,78 litros por segundo. Para el año 1987 la cifra estaba en 5,4; en el 2000 era de 4,7 y finalmente en el 2010, para la época del Fenómeno del Niño, estaría en 2,7 litros por el segundo.
Fernando Mauricio Castro, profesional especializado de la subdirección de planeación de Cortolima, le dijo a ELOLFATO.COM que la cuenca del río Combeima se encuentra en una grave crisis. La reducción de su caudal ha llegado a cifras preocupantes por causa del cambio climático y el aumento de la demanda por parte de los ibaguereños.
La oferta de agua de esta fuente hidrográfica es de 167.49 millones de metros cúbicos (MMC) por año, mientras que el requerimiento por parte de los ciudadanos asciende a 214.15 (MMC) en este mismo período.
Hay que tener en cuenta que el cambio climático ha provocado una perdida importante del glacial del Nevado del Tolima reduciendo de esta manera la capacidad hídrica en el cañón del Combeima. (Ver En 30 años desparecerá el Nevado del Tolima)
Castro señala que la cuenca del río Combeima “será la más afectada por el cambio climático. Esto sin tener en cuenta otros factores como el aumento de la población y la degradación de los ecosistemas”.
Por su parte, el gerente del IBAL, Carlos José Corral, aseguró que el tema del suministro del agua y las acciones que se deben tomar para prevenir un posible desabastecimiento de agua no es de su competencia y nos remitió a Cortolima.
A Corral se le preguntó, durante una semana, qué estudios tiene el IBAL sobre la oferta de agua que tiene Ibagué, por cuántos años habrá abastecimiento y cuáles pueden ser las fuentes alternas, pero no hubo respuesta.
El gerente dijo estar ocupado para contestar estos interrogantes. Al final, su oficina de prensa respondió: «Ese tema no es del IBAL«.
Esta empresa tiene en este momento 120 mil usuarios y la ciudad está creciendo aceleradamente. En Ibagué se observan nuevas torres de apartamentos, más urbanizaciones y con el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), recientemente adoptado, se desarrollarán más proyectos habitacionales.
Lo que sí tiene claro el IBAL es que por su negligencia administrativa y operativa, el agua se desperdicia en decenas de fugas que hay en la capital del Tolima.
El año pasado, la empresa perdió 15 mil 141 millones de pesos por el agua potable que se desperdició en los daños de la red de acueducto y por las conexiones ilegales que realizan algunos usuarios. (Ver Desperdicios de agua le cuestan al IBAL $15 mil millones)
Consecuencias y posibles soluciones
Luego que el caudal de un río disminuye de manera dramática son muchas las consecuencias que se presentan para la fauna y flora que hace parte de este ecosistema acuático. Por ejemplo, los peces no encuentran un ambiente propicio para reproducirse ni para vivir, por lo tanto algunas especies podrían desaparecer de este entorno. Sin contar pequeñas especies de flora acuática que hacen parte de este hábitat.
Para que este panorama no empeore se debe tener un plan estratégico de reforestación, en el que se requiere compromiso por parte del gobierno ya que se debe intervenir una zona extensa y hacer un seguimiento preciso que permita mitigar el impacto ambiental. Finalmente, el ingeniero Castro apunta que “el tema del agua es fundamental para el desarrollo del Departamento, porque se pueden prometer muchas obras y empleo, pero sin este recurso nada es posible”.