“Antes de salir: denle un abrazo a sus seres queridos y despídanse”

Amparo Yara llegó este jueves muy temprano a la variante Ibagué – El Espinal. Esa era una de las rutas de entrenamiento de su esposo Henry Rodríguez, un veterano ciclista que murió hace una semana -en ese mismo lugar-, por la imprudencia de un conductor que viajaba presuntamente en estado de embriaguez, según el informe preliminar de la Policía de Tránsito. (Ciclistas de Ibagué exigen justicia por la muerte de sus dos compañeros)

Vestía un jean, una chaqueta y en su rostro no había una sola gota de maquillaje. Era la sobriedad propia de una semana de intenso dolor; un dolor profundo por la ausencia y el vacío que le dejó la muerte de quien fue su esposo durante 40 años y el padre de sus dos hijos. (Responsable del accidente en el que murieron dos ciclistas iba presuntamente ebrio: Policía)

Resignada sacó fuerzas para madrugar e ir hasta el sitio en el que murieron su “viejito”, como lo llamaba amorosamente, y su cuñado Edilberto. Allá recibió abrazos y mensajes de aliento de decenas de ciclistas que decidieron hacer un plantón para exigir justicia. (Violento accidente en la variante Ibagué – El Espinal deja un ciclista muerto y otro herido)

Llena de fortaleza dijo que quería hacer una oración y entregarles a todos los presentes un consejo, una recomendación que les partió el alma.

Amparo se hizo en la mitad de la vía y, rodeada de bicicletas, extendió sus manos para rezar el Padre Nuestro y orar por la vida de los deportistas que día a día entrenan en las afueras de Ibagué.   

 “Guárdalos de accidentes. Que regresan sanos a sus casas. Te lo suplico en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”, clamó a un cielo nublado y triste, como está su afligido corazón. 

Al terminar su oración, la viuda les dijo a los ciclistas que estaban ahí: “Quiero recomendarles que todos los días, al salir al ejercicio, al ciclismo, por favor despídanse con un abrazo, con un beso de su familia”.

“Que no suceda como ese día me sucedió con mi viejito; que siempre salía y yo estaba al pie y se despedía de mí. Pero ese día no pude despedirme de él: no pude decirle que Dios lo guarde y lo bendiga, y eso lo tengo en mi corazón, y me duele. Entonces les recomiendo a ustedes, antes de salir denle un abrazo a sus seres queridos y despídanse, porque uno sale y no sabe si va a regresar a casa. Eso no es lo que uno desea o espera, pero las cosas son así. Entonces les hago esa recomendación, muchas gracias a todos y que Dios los bendiga grandemente”, concluyó en medio de aplausos.

Ella continuará con su duelo, con sus plegarias y con la incertidumbre sobre la actuación de las autoridades, porque este caso tendría un alto riesgo de impunidad debido al dinero y poder del victimario Nicolás Rocha. 

Por: LUIS EDUARDO GONZÁLEZ

Foto: Cortesía Richard Martínez

Fecha: jueves - 11 abril - 2019