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La compañía minera AngloGold Ashanti ordenó este jueves «detener» el proyecto La Colosa, que se encuentra en fase exploratoria desde hace 14 años en el municipio de Cajamarca.
Esta determinación provocará el despido de cerca de 400 empleados que tenía la compañía en el departamento del Tolima. El primero en apartarse de la multinacional es Carlos Hernando Enciso, gerente de asuntos corporativos de La Colosa, quien estará en el cargo hasta este viernes, informaron fuente de la multinacional.
A través de comunicado, AngloGold Ashanti justificó su decisión en los resultados de la consulta popular minera que se llevó a cabo el pasado 26 de marzo, en la que 6.165 ciudadanos dijeron que no estaban de acuerdo con el desarrollo de proyectos mineros en su territorio. (Ver: David venció a Goliat: Cajamarca dijo NO a la megaminería)
«En la pasada consulta popular Cajamarca definió su posición respecto a proyectos mineros y con eso sobre el empleo y la inversión local que genera. Según dichos resultados la minería no puede convivir con otras actividades. Aunque en AngloGold estamos convencidos de lo contrario y la minería moderna alrededor del mundo demuestra que sí es posible hacer minería, ganadería, comercio y agricultura en una misma región; aceptamos la posición expresada por la comunidad«, señaló la compañía.
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Y agregó: «Diversas razones que van desde lo institucional, lo político, y particularmente lo social con la reciente consulta, nos obligan a tomar la desafortunada decisión de detener todas las actividades en el proyecto y con ello el empleo y la inversión, mientras se le da certeza a la actividad minera en el país y en el Tolima«.
AngloGold concentrará su operación en Colombia en la mina de oro Gramalote, ubicada en el departamento de Antioquia, la cual se encuentra en la etapa explotación y en donde pretenden extraer 5 millones de onzas. (Ver: Los errores de AngloGold Ashanti)
Sobre La Colosa, según el texto del comunicado, la multinacional no renuncia completamente al proyecto. «Seguiremos trabajando en la búsqueda del diálogo constructivo y sincero que necesita el sector minero en Colombia y del cual somos parte todos: comunidades, empresas y Gobierno; aceptando que las comunidades locales son parte fundamental del debate y deben convertirse en promotores de desarrollo para las regiones«.
