La primera vez que Óscar Rodríguez trabajó en un restaurante tenía 17 años. Apenas había salido del colegio e iniciaba a estudiar Cocina en el Sena cuando en un abrir y cerrar de ojos las oportunidades empezaron a surgir y rápidamente creó su microempresa Amor por la cocina donde actualmente presta los servicios de katering en alianza con casas de eventos en la ciudad de Ibagué.
Desde los 15 años Óscar empezó a conocer cómo funcionaba el mundo de la organización de eventos. Trabajaba junto a unas amigas contratando proveedores para sillas, contando platos y ayudando a conseguir todo lo necesario para el evento del cliente. Luego se desempeñó como cocinero en el restaurante del antiguo centro recreacional Tierra Caliente. “Ya luego cumplí 18 años y empiezo con el mundo de los eventos”, cuenta él.
Cuando terminó sus estudios en el Sena consiguió su primer trabajo como catering ofertando sus servicios de cocina (desayunos, refrigerios, almuerzos, brunch, cenas y toda clase de eventos sociales). “El primer evento fue un matrimonio en septiembre de 2013, no tenía nada; ni estufa, ni platos, ni implementos de cocina, todo lo alquilaba, entonces pedí un anticipo para comprar todo y alquilárselo a la casa de eventos con lo que trabajaba”, cuenta Rodríguez.
Hoy Óscar tiene 22 años, todavía es un joven al que difícilmente los bancos le creen para otorgarle un crédito, pero sigue ampliando su microempresa. “Lo más difícil es darme a conocer. A parte de dar una imagen, he tenido problemas por el tema de la edad frente a los bancos para adquirir mis herramientas de trabajo”.
Con la ayuda de la multinacional Cemex, el proyecto Amor por la cocina además de registrarse ante Cámara y Comercio, recibió asesoramiento en la parte de mercadeo, ventas y publicidad y se convirtió en uno de los proveedores de la empresa. “Ya he tenido la oportunidad de servir en eventos grandes con los directivos”, comenta él. Además de realizar eventos a nivel regional y departamental, lo que lo motivó a conformar un equipo de trabajo -gran parte de ellas mujeres cabeza de hogar- que le han ayudado a crear una buena imagen ante sus clientes.
“Estoy abarcando una cantidad considerable de eventos en el mes, de entre 200 y 300 personas. Ahora mismo tengo la capacidad de atender más de dos eventos el mismo fin de semana el mismo día, fuera o dentro de la ciudad”, cuenta Oscar.
Oscar cocina sus platos en su propia casa, en Payandé, sea a donde sea el evento y compra siempre sus ingredientes en la plaza de la 28 “Manejamos línea gourmet, comida colombiana. Estamos a disposición del cliente y nos ajustamos a la necesidad del cliente”, cuenta.
Rodriguez sueña con crecer aún más tome el tiempo que tome “quiero crecer más pero sin acelerarme porque sé que el tiempo de Dios es perfecto. Poco a poco ir creciendo como empresa, como persona, como cocinero, respetando a la demás gente. Sé que hay mucha competencia también pero creo que siendo honesto con el cliente y siendo una buena empresa las cosas se irán dando”.
Contacto de Óscar Rodríguez