Fueron las 24 horas más difíciles de mi carrera profesional. Se publicó una información sobre la intención de voto de los ibaguereños y hasta ahora no se sabe si era cierta o falsa. La información la suministró un periodista aparentemente serio, que trabaja para la firma encuestadora y creí que actuaba de buena fe.
Sin embargo, y para cuidarme en salud, verifiqué que la fuente sí tenía vínculos con el Centro Nacional de Consultoría, los documentos venían completos y tenían los logos de esa compañía. Además, me pareció poco probable que un periodista jugara a engañar a sus colegas. (Ver la historia completa de cómo llegó la información a ELOLFATO.COM)
Gracias a Dios logramos grabar la conversación que hoy es la prueba reina del engaño. Lo hicimos ante la sospecha que generó que el reconocido comunicador afirmara que si no desmontábamos el artículo de la página, él y la firma encuestadora iban a negar la veracidad de los resultados, como coincidencialmente ocurrió.
En la grabación, Ramírez reconoce que la encuesta existió, que la pagó un particular y que no debió divulgarse en los medios de comunicación porque existía una cláusula de confidencialidad. Entonces, ¿Por qué la filtró?, ¿Quién la pagó?, ¿Asesora a alguna campaña en Ibagué?, ¿Quiso beneficiar a alguien? ¿Por qué se arrepintió? Muchas preguntas que quedan en el aire.
Él, habilidosamente, les escribió a los directores de los dos noticieros radiales a desmentir la información que había filtrado, sin contarles toda la verdad. Obviamente no les dijo que la noticia era una filtración suya. Su objetivo era afectar la imagen de ELOLFATO.COM.
En la radio dijo que la encuesta no era real, que era un panfleto, sin pensar tal vez que había una grabación que lo desmentía claramente. El periodista Héctor Sánchez, de Ondas de Ibagué, le preguntó que cómo un periodista nacional y con experiencia no sabía diferenciar entre un panfleto y una encuesta. Su respuesta fue que no hubo mala fe de nadie, mucho menos del portal. ¡Pero qué va! El daño estaba hecho.
Este episodio plantea dos discusiones: una política y otra periodística. La primera, es que la campaña por la Alcaldía de Ibagué será sucia. La mayoría de los candidatos tienen poco qué ofrecer. Casi todos son figuras que representan los cuestionados grupos políticos tradicionales. Son los mismos con las mismas. Han salido a atacarse porque sus propuestas no aparecen. Y lo peor, ni aparecerán.
Razón tienen esos ciudadanos que me han dicho: “estamos entre el voto en blanco o irnos de Ibagué”. Llevamos casi dos décadas de estancamiento (gobernados por el partido Liberal) y no encontramos luz al final del túnel.
Estamos a nueve meses de las elecciones y este es el primer ‘campanazo de alerta’. Vienen días difíciles para la ciudad y para los medios de comunicación. Debemos exigirles a los candidatos altura, propuestas claras y cumplibles, e impedir que nos hagan ‘goles’ como el que me hicieron a mí.
Ya en el terreno periodístico, leí muchos mensajes de solidaridad de colegas como José Guarnizo, el único ibaguereño que se ha ganado el premio Rey de España. Él es el presidente de la Asociación de Periodistas de Antioquia, vive en Medellín y es corresponsal de Semana.
También, le pedí un consejo a Daniel Corronell, vía correo electrónico, sobre la situación que estaba viviendo como periodista y director de un medio. Su respuesta fue contundente: salga y cuente todo, con las pruebas que tenga.
Por eso decidí revelar en los noticieros de la mañana quién me había inducido al error.
Uno debe cuidar las fuentes, es un principio sólido en el periodismo -indudablemente-, pero aquí no se trataba de proteger a una fuente, era dejar en evidencia a una persona mentirosa.
Algunos chicos periodistas, que apenas estarían cerrando sus ciclos académicos, usaron las redes sociales para cuestionar el hecho que yo hubiera dicho quién filtró una información falsa.
Lo hice con absoluta seguridad. Era lo correcto. El periodismo local no puede ser usado sin que la sociedad sepa quiénes pretenden hacerlo. Además, grandes medios como el diario El País de Madrid, el periódico en español más importante del mundo, hizo lo mismo cuando divulgó una fotografía falsa de Hugo Chávez, supuestamente convaleciente en un hospital de Cuba.
Ellos explicaron en detalle lo ocurrido y les contaron a sus lectores cuál fue la fuente que proporcionó la fotografía falsa. Por eso es bueno leer prensa internacional. (Ver La foto que EL PAÍS nunca debió publicar)
Seguimos adelante. Con apenas nueve meses en línea logramos un espacio en la prensa local y seguiremos aportando contenidos para que la ciudadanía sepa la verdad. Dios les pague.