El alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, tomó una decisión inesperada. Nombró como gerente del IBAL al ingeniero Alberto Girón y pidió la renuncia masiva de los 13 directivos de la empresa, que venían de la administración anterior.
Girón había sido uno de los cuatro finalistas del concurso de méritos que adelantó el alcalde Jaramillo, pero, el 30 de diciembre, durante su acto de posesión, reveló que nombraría en el cargo a Juan Martín Zuluaga, un experto en temas de agua potable, que había sido recomendado por el Gobierno Nacional. (Ver: Vea quiénes son los integrantes del gabinete de Guillermo Alfonso Jaramillo)
Sin embargo, Zuluaga no pudo aceptar el cargo por algunos compromisos que no logró resolver en Bogotá, y el mandatario decidió nombrar a Alberto Girón, pese a que ha sido blanco de críticas de algún sector de la prensa local.
A él lo cuestionan por la compra de 4.7 kilómetros de tubería que se contrató para conectar el acueducto alterno entre Ibagué y Coello Cocora, pero que terminó abandonada en un lote cercano a la bocatoma. Todo esto ocurrió cuando Alberto Girón fue gerente de del IBAL, en la administración del exalcalde Jesús María Botero. (Ver: Acueducto alterno de Ibagué, más de 20 años en construcción)
La historia de los tubos
El 22 de julio del año 2010, Botero despidió a Girón por no seguir sus instrucciones frente a la licitación que posteriormente se ganó el consorcio Acualterno. Cuatro años más tarde, en la administración de Luis H. Rodríguez, ese contrato debió liquidarse sin haberse ejecutado la obra, por lo que los tubos nunca se utilizaron y se quedaron allí, como un símbolo de la corrupción y la negligencia administrativa. Precisamente, en ese lugar, Jaramillo lanzó su campaña por la Alcaldía de Ibagué. (Ver: Luis H. reconoce que contrato de ‘Chucho’ Botero frenó el acueducto alterno)
“El proceso que yo adelantaba para contratar la instalación de los tubos costaba alrededor de $4.000 millones, pero después, el gerente del IBAL que me reemplazó, Libardo Gutiérrez, lo adjudicó, el 8 de noviembre de 2011, por $6 mil 296 millones”, dijo Girón a ELOLFATO.COM.
Pero finalmente, Acualterno llegó a exigir más de 18 mil millones de pesos porque el contrato que dejaron Botero y Gutiérrez quedó, literalmente, con unos asteriscos para que el contratista modificara los valores de algunos ítems de la obra. Esa irregularidad generó un enredo legal para el IBAL y la Alcaldía de Ibagué, y el ministerio de Vivienda recomendó liquidarlo para continuar con las inversiones en el acueducto complementario.
“A mí me cargan el tema de los tubos, y sí: yo los contraté, pero lo irregular fue no haberlos utilizado. Yo hice hasta donde me lo permitieron, después adjudicaron el contrato de Acualterno y toda la ciudad sabe qué pasó. Aquí pasa lo del sofá y la pareja infiel: los tubos no fueron el problema, lo malo terminó siendo ese contrato que no permitió que se ejecutara el proyecto de conectar el acueducto alterno entre Coello Cocora e Ibagué. Yo no tengo ningún problema penal, disciplinario o fiscal, y por eso acepté el cargo”, explicó el nuevo gerente del IBAL.
El alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo no se ha pronunciado, pero su oficina de prensa anunció que lo hará en el transcurso del día. Alberto Girón tomó posesión este jueves ante el secretario de Hacienda, Juan Espinosa, quien estuvo como alcalde encargado.