A los tolimenses se nos agotó la paciencia con todo lo que ha significado la realización de los Juegos Nacionales y Paranacionales 2015. Desde la fecha misma de asignación, sólo hemos tenido escándalos y sobresaltos.
A estas alturas del partido, faltando tan sólo unos pocos días para su inicio, los medios de comunicación le siguen el juego a la desinformación de Coldeportes, unos días preocupados por el atraso y retraso de las obras, y otros días expresando conformidad y seguridad porque los juegos serán todo un éxito.
Caramba que falta de seriedad la del señor Andrés Botero, porque desde un principio no ha puesto ni el corazón y menos la razón a este magno evento, que tanto significa para el Tolima.
En Ibagué, todo el que ha levantado su voz de preocupación por los sobrecostos de los diseños, las irregularidades en la adjudicación de las licitaciones, la poca o mala preparación de los deportistas, la pérdida de disciplinas, la preparación gremial y empresarial de la ciudad y lo más delicado, el rezago en las obras de los escenarios deportivos, que para la dimensión del evento deberían ya estar en los últimos toques de obra blanca, es calificado como detractor de la Administración Municipal y de paso opositor de los Juegos.
Desafortunadamente ese es el pensamiento de los ineptos y mediocres que nos mal gobiernan. Completa el triste escenario el alcalde que un día da parte de tranquilidad y al otro, que si perdemos más disciplinas, no debemos hacer un drama. Desconcierta la frescura de éste mandatario.
Con todo lo que ha sido este viacrucis, se evidencia la falta de liderazgo en la región, porque no ha habido un organismo gremial, ni de control, que le ponga coto a las maniobras poco transparentes en el manejo de tantos miles de millones de pesos.
Es muy sospechosa la actitud de Coldeportes en cabeza de su director Andrés Botero, ¿está haciendo juego político? él sabe lo complicado que se ha tornado el cumplimiento cabal de los juegos nacionales que se proyectaron con unos imponentes escenarios y que a nuestros días dejan ver, que muy probablemente los deportistas deban competir en escenarios inconclusos y sin las medidas y estándares de calidad que exigen esta clase de eventos deportivos. Quiera Dios me equivoque.
Si alguien se tomará el trabajo de hacer la cronología detallada de lo que ha sido la información entregada alrededor de los juegos nacionales, descubrirá que la dirigencia local ha pecado por omisión.
Ahora al final de cuentas, los paganinis serán los “parsimoniosos” contratistas que se están viendo a gatas para cumplir con las obras, todo porque Coldeportes ahora si les está respirando en la nuca. Tardía decisión, porque el que necesita el soplo en la nuca es el “fresco” del Alcalde, que le da lo mismo caer que quedar colgado.
Ahí queda el boquete para las promesas de campaña, porque ya algunos candidatos a la alcaldía de Ibagué, están pregonando que ellos si terminan las obras de los juegos nacionales. Macondiano.