Los 150 perros que hacen parte del refugio canino AIPA no cuentan con unas condiciones de vida adecuadas. Aunque allí se les suministra algo de comida y techo, los recursos no son suficientes para brindar atención veterinaria, vacunas y medicamentos. A esto se suma que para el 1 de abril debe desalojarse el predio por el inicio de las obras para la doble calzada Ibagué-Cajamarca. La suerte de los caninos es incierta.
Desde hace unos diez años, Julieta Sánchez, representante legal de la Asociación Ibaguereña de Protección Animal (AIPA), decidió unir esfuerzos con Yolanda Herrera para brindar un refugio a los perros y gatos abandonados en la ciudad. Debido a que no ha contado con apoyo para el suministro de alimento y el mantenimiento del lugar, siempre ha tenido que contribuir desde su propio bolsillo.
Hace un año, AIPA, ubicado en la vereda La Martinica en el Km 4 vía La Variante, fue sellado por las secretarías de Salud y de Gobierno debido a que no cumplía con las normas sanitarias necesarias, pero dicho refugio continuó funcionando. Lo que hoy pone en duda el futuro de los caninos es que, a raíz del inicio de las obras para la construcción de la doble calzada Ibagué- Cajamarca, el predio debe ser entregado antes del 1 de abril.
Los perros podrían ser sacrificados
Los últimos días ha rondado el rumor de que Julieta Sánchez sacrificará a los 150 perros que habitan el refugio. Por tal motivo, ELOLFATO.COM habló con Jenny Martínez, encargada de la alimentación y el cuidado de los caninos en el lugar, quien dijo que, por el momento, no está decidido si se deben o no sacrificar todos los perros, pero no descarta que los más enfermos sí tengan que ser ‘dormidos’ y que el refugio deba ser cerrado.
Por su parte, Sánchez afirma que: “Me han aconsejado que llame a otros refugios del país para que nos reciban algunos perros mientras se dan en adopción, porque pienso cerrar el refugio. He decidido eso porque la idea es que los perritos tengan un estándar de vida óptimo y yo no se los puedo dar”.
Del mismo modo, el problema que siempre ha tenido el refugio no es de hacinamiento pues la finca cuenta con una gran extensión, sino la falta de apoyo de entidades y la ciudadanía en general. “Antes llegaban donaciones, pero ya no. Acá no tenemos medicamentos, vacunas ni utensilios para bañarlos”, señala Martínez.
También es evidente el abandono constante que los dueños hacen de sus mascotas en las afueras del AIPA. Al saber que se trata de un refugio, “la gente viene y los deja botados, amarrados o los pasa por encima de la malla; la mayoría son perros enfermos de algo, con sarna o tumores, por ejemplo”.
Lo que opinan los defensores de animales
Adriana Labrador, miembro de Misión Animal, afirma que desde hace tiempo son conocidos los problemas con que cuenta el refugio canino AIPA. Aspectos como la no separación de perros sanos y enfermos, y la falta de atención médica y controles básicos como desparasitación, vacunas y esterilización, son los principales factores que limitan la calidad de vida de los caninos del refugio.
El Coso municipal podría representar una alternativa, pero al ser considerable el número de canes de AIPA, y si no se les realizan los debidos exámenes médicos, éstos podrían representan un peligro de contagio para los otros.
Lo más lamentable es que en Ibagué sólo existen dos refugios más: uno localizado en el corregimiento de Carmen de Bulira y que cuenta con alrededor de 100 perros, y otro que está a cargo de una mujer que vive vía al aeropuerto y que tiene 25 perros, y a quien le han pedido reubicarse. Y ambos tienen las mismas problemáticas de AIPA: la falta de alimentos y de atención médica a los caninos.
Respecto a las acciones de la secretaría de Salud municipal, Labrador refiere que la labor ha sido inexistente: «Misión Animal el año pasado gestionó una campaña a nivel nacional para recolectar alimento y hacer un censo para determinar cuántos perros había en ese momento en la ciudad, por lo que se solicitó la ayuda de la entidad. Ante esto, nos dijeron que no hiciéramos nada por que ellos iban a intervenir el sitio, y a fin de cuentas no salieron con nada».
Debido a esta situación, esta redacción intentó comunicarse con las autoridades sanitarias del municipio, pero no se obtuvo una respuesta.